Catalunya declaró la preemergencia por la sequía
La región se encuentra ante la peor seca de su historia
El Gobierno de Catalunya declaró este martes la preemergencia por sequía en el sistema Ter-Llobregat, que une a 202 municipios de catorce comarcas, abarcando Barcelona y su área metropolitana, así como Girona, lo que incluye a unas seis millones de personas.
De esta manera, se podrán intensificar algunas medidas para forzar la reducción del consumo de agua ante la falta de lluvias: se reducirá la dotación máxima de agua por habitante y día, que pasa de los 230 actuales a los 210 litros.
El resto de las restricciones se mantiene igual que en la fase de excepcionalidad, salvo la cantidad de agua para el riego de superficies para actividades deportivas, que pasó de 450 a 220 metros cúbicos.
En tanto, sigue la reducción del 40 por ciento para usos agrícolas, del 15 por ciento para usos industriales, para usos lúdicos y la prohibición de riego de zonas verdes, públicas y privadas.
Tampoco se pueden llenar piscinas privadas de uso individual o unifamiliar y sólo se permitirá el rellenado parcial o primer llenado de piscinas públicas en las cantidades indispensables para garantizar la calidad sanitaria del agua. No se puede limpiar calles, alcantarillado, pavimentos o fachadas con agua potable. En el caso de los vehículos, el uso de agua queda limitado a la limpieza en establecimientos comerciales. Tampoco se podrán llenar parcial o totalmente fuentes ornamentales, lagos artificiales u otros elementos de uso estético del agua.
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Ante la situación, el gobierno local -conocido como Govern- hizo un llamado a "forzar" el ahorro de agua para alejar la fase de emergencia, que implicaría restricciones que afectarían al consumo doméstico.
La preemergencia es un estadio de transición entre el actual estado de excepcionalidad y el de emergencia. Y se llegaría a la fase de emergencia cuando los embalses se encuentren a un 16 por ciento de su capacidad, aunque actualmente están al 18,5.
Catalunya está inmersa en la sequía más extrema de toda su historia debido a la falta de precipitaciones, la extensión de las zonas afectadas y la duración del fenómeno, y según datos del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC), la racha seca acumula ya 31 meses -en la anterior fueron 19- y la mitad del territorio catalán se vio afectado de manera persistente.
Para volver a la situación de normalidad, haría falta el equivalente a toda la lluvia que cae de media en Barcelona durante un año, pero no se prevé ningún episodio de lluvia abundante en el corto y medio plazo.
Por eso, el Govern decidió pasar de la fase de excepcionalidad a la de preemergencia en el ámbito del sistema Ter-Llobregat, ya que es donde viven más personas y donde hay una mayor concentración de actividad industrial.