Brasil reforzó su presencia militar en la Amazonia, una región conflictiva
Vehículos blindados fueron llevados de Manaos a Boa Vista para reforzar la frontera con Venezuela y Guyana.
Las tensiones fronterizas en torno al Esequibo, en Guyana, y la crisis humanitaria entre los indígenas yanomami llevaron al Ejército de Brasil a aumentar sus fuerzas en la Amazonia un 10% antes de lo previsto, declaró a la agencia de noticias Reuters el comandante militar de la región.
Los 2.000 soldados adicionales ayudarán al ejército a patrullar los 9.000 kilómetros de frontera con Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú y Bolivia en una región selvática utilizada por narcotraficantes y mineros ilegales, madereros y contrabandistas, indicó el general Ricardo Costa Neves.
"Reforzarán nuestras operaciones en esta vasta área para ayudar a combatir los delitos fronterizos y ambientales", explicó el general de infantería de cuatro estrellas en una rara entrevista con los medios.
La disputa derivada de la reclamación de Venezuela sobre la región petrolera del Esequibo, en Guyana, ya había llevado al Ejército brasileño a enviar más soldados, vehículos blindados y artillería al estado fronterizo de Roraima, con la creación de un nuevo regimiento allí.
"La situación fronteriza nos hizo adelantar algunos cambios que estaban en nuestro plan estratégico. Estamos prácticamente triplicando nuestra infantería mecanizada, vehículos blindados y artillería en Roraima", reveló Costa Neves.
El refuerzo incluirá la creación de dos bases avanzadas
desplegadas permanentemente dentro de la reserva yanomami en los ríos Uraricoera y Mucajai, principales rutas de acceso de los mineros de oro ilegales que han invadido el territorio.
Los mineros llevaron enfermedades, destrucción de la selva y violencia armada a las aisladas tierras yanomami fronterizas con Venezuela, causando desnutrición y muertes.
El gobierno de Brasil declaró el año pasado la emergencia humanitaria y envió una fuerza especial para expulsar a unos 20.000 mineros.
Pero los mineros de oro comenzaron a regresar después de que las fuerzas armadas redujeron sus operaciones y no hicieran cumplir una zona de exclusión aérea para los aviones que los trasladaban a pistas clandestinas en la selva, informaron a Reuters agentes encargados de velar por el medio ambiente.
Costa Neves adelantó entonces que el ejército tendrá una presencia permanente en dos nuevas bases prestando apoyo logístico a las agencias medioambientales, indígenas y sanitarias, además de reprimir las actividades ilegales dentro de una zona de 150 kilómetros desde la frontera.
Por Anthony Boadle y Ricardo Brito, de la agencia de noticias Reuters