El presidente Jair Bolsonaro, quien se abstuvo de participar en la cumbre COP26 de Glasgow para evitar "que le dijeran de todo", como se comentó en Brasil, sumó otra polémica prohibición en su país: el uso del llamado lenguaje inclusivo en proyectos culturales que aspiren a ser financiados con recursos públicos.

De este modo, los artistas o intelectuales que quieran que el Estado apoye sus iniciativas con fondos públicos tendrán que evitar el uso de expresiones como “todes”, “tod@s” o “todxs”, tanto en las solicitudes que cursen al Gobierno como en las propias obras que produzcan.

O sea que no podrán sustituir artículos masculinos o femeninos por las letras “x” o “e” o por el símbolo arroba (@) para evitar le mención del género.

El veto al uso y/o utilización, directa o indirecta, de lo que comenzó a ser conocido como lenguaje neutro (inclusivo) consta en un decreto que acaba de ser publicado en el Diario Oficial por la Secretaría de Cultura. Lo impulsó el propio Bolsonaro, quien fue militar de la reserva y llegó a ser cuestionado judicialmente por manifestaciones machistas y homófobas antes de ser elegido jefe de Estado.

El lenguaje neutro es una propuesta de diferentes organizaciones brasileñas que buscan adaptar la lengua y evitar que las personas no binarias, es decir las que no se identifican ni con el género masculino ni con el femenino, se sientan excluidas.

El secretario de Cultura de Brasil y exactor Mario Frias adujo, en un mensaje en su cuenta en Twitter, que “lo que se propone no es un lenguaje sino la simple destrucción de nuestra lengua”.

El objetivo del decreto, justificó, “es garantizar el amplio disfrute de los bienes culturales e impedir que una imposición de arriba hacia abajo deje inviable o dificulte el acceso a la cultura”.

La medida del Gobierno nacional se suma a similares en 14 de los 27 estados del país, así como a un proyecto de ley en discusión en la Cámara de Diputados, que busca impedir el uso del lenguaje inclusivo en las escuelas públicas.