El gobierno de la presidenta interina Jeanine Áñez ordenó la expulsión de la embajadora mexicana, María Teresa Mercado, además del personal diplomático español acreditado en Bolivia, al que pertenecen la encargada de negocios, Cristina Borreguero y el cónsul, Álvaro

Fernández.

El Ejecutivo boliviano "ha decidido declarar personas no gratas" a los funcionarios mencionados, así como "al grupo de los presuntamente diplomáticos encapuchados y armados".

La decisión adoptada por el Ejecutivo de facto incluye un plazo de 72 horas para que todas esas personas abandonen el

país.

Por su parte, la Secretaría de Relaciones Exteriores de México instruyó a su embajadora para que regrese, con el fin de

"resguardar su seguridad e integridad", tras la expulsión.

La Embajada de México en Bolivia quedará a cargo de Ana Luisa Vallejo, actual jefa de Cancillería de la Misión, según informó

el Gobierno mexicano en un comunicado, en el que también se indica que la representación diplomática del país continuará

operando con normalidad en La Paz.