Un avión perteneciente a la compañía Ryanair tuvo que aterrizar de emergencia en el aeropuerto de Minsk, Bielorrusia, luego de que el gobierno de ese país forzara un desvió de su trayectoria por una aparente "amenaza de bomba". A bordo viajaba el periodista opositor Roman Protasevichm, quien quedó detenido.

'Nexta' afirmó que el aterrizaje de emergencia fue provocado por una "pelea" iniciada por agentes de seguridad bielorrusos, que, según este medio de comunicación, viajaban a bordo de la nave y al entrar a territorio bielorruso aseguraron que había un artefacto explosivo en el avión.

Luego, el presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko, ordenó a una aeronave de combate MiG-29 que interceptara al avión de Ryanair después de la alerta. No obstante, de acuerdo con la agencia de noticias oficial Belta, el aeropuerto de Minsk informó que la amenaza de bomba había sido  "incorrecta", tras haberse realizado una búsqueda en el Boeing.

El verano y otoño pasado, Lukashenko se enfrentó a un histórico movimiento de protesta que reunió a decenas de miles de personas durante varias semanas en Minsk y otras ciudades, una gran movilización que duró semanas y que conmocionó al país de apenas 9,5 millones de habitantes.

Sin embargo, las protestas se tambalearon gradualmente ante las detenciones masivas, la violencia policial, que dejó al menos cuatro personas muertas, el hostigamiento judicial en curso y las duras penas de prisión impuestas a activistas y periodistas.

Roman Protasevich es el ex editor general de 'Nexta', un medio de comunicación que jugó un papel clave en la reciente ola de protestas contra la reelección en 2020 del presidente Alexander Lukashenko, quien ocupa el cargo desde 1994.

En noviembre pasado, los servicios de seguridad bielorrusos incluyeron a Protasevich y al fundador de 'Nexta', Stepan Poutilo, en la lista de "personas involucradas en actividades terroristas".

La detención del activista fue inmediatamente condenada por la figura de la oposición bielorrusa en el exilio Svetlana Tikhanovskaya, que en Twitter aseguró que el Gobierno había "obligado" a aterrizar el avión de Protasevich, quien, según Tikhanovskaya, afronta “la pena de muerte en Belarús". La nación es la última de Europa en aplicar la pena de muerte.

Los líderes de la Unión Europea pidieron conjuntamente a Bielorrusia que dejara salir el avión de Ryanair y que "todos sus pasajeros" continuaran su viaje, denunciando "una acción completamente inaceptable".

"Hacemos responsable al Gobierno de Bielorrusia de la seguridad de todos los pasajeros y del avión. Todos los pasajeros deben poder continuar su viaje de inmediato", tuiteó el ministro de Relaciones Exteriores de la UE, Josep Borrell.

El primer ministro de Polonia, Mateusz Morawiecki, posteó en Twitter su rechazo a “los términos de detención de Protasevich por las autoridades bielorrusas después de que pasajeros de Ryanair fueran secuestrados”.  

Entretanto, París denunció una situación "inaceptable" y pidió una "respuesta firme y unida" de los europeos y el presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, exigió la liberación inmediata de Román Protasevich.