Sendos ataques cometidos por bandas de asaltantes no identificados contra un hospital y una escuela en el estado norteño de Kaduna, en Nigeria, derivaron en el secuestro de al menos cinco enfermeras y un número indeterminado de bebés, según informó el diario 'Daily Trust' del país africano.

Varios agentes de una comisaría cercana al Centro Nacional de Tuberculosis y Lepra de la ciudad de Zaria se tirotearon con los agresores, sin que se reportaran víctimas.

El enfrentamiento tuvo lugar luego de que los bandidos ingresaran al área del nosocomio destinada a los residentes permanentes y raptaran a cerca de 10 personas, entre el personal y sus hijos, de acuerdo con lo declarado por un trabajador del hospital, que la portavoz del sindicato médico del hospital, Maryam Abdulrazaq, ratificó posteriormente.

También el portavoz de la policía de Kaduna, Mohammed Jalige, confirmó el suceso y recalcó que las fuerzas de seguridad lanzaron un operativo para intentar rescatar a las víctimas.

Ola vandálica

El hecho forma parte de un repunte de este tipo de incidentes en el país africano durante los últimos meses.

Con idéntico corte, en la escuela secundaria Bethel Baptist High School, Kujama, área de gobierno local de Chikun del estado de Kaduna, más de 100 estudiantes fueron secuestrados por bandidos, de acuerdo con la denuncia formulada por algunos padres.

Probablemente se proponían exigir una recompensa a cambio, como viene sucediendo.

Emmanuel Paul, un profesor de la escuela, informó a AFP que un total de 165 estudiantes dormían en el internado del colegio Bethel Secondary School, en la localidad de Chikun, cuando irrumpieron los "asaltantes y se llevaron a 140 estudiantes, de los que 25 lograron escapar".

En un comunicado, ASP Jalige Mohammed, oficial de relaciones públicas de la policía, dijo que un equipo conjunto de agentes, el ejército y la marina, al recibir la llamada de socorro, persiguió a los bandidos y con una aplicación táctica de armas, logró rescatar de forma segura a 26 alumnos y una profesora.

Los ataques en Nigeria, anteriormente centrados en la zona noreste del país —donde operan Boko Haram y e ISWA—, se extendieron durante los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste, haciendo saltar las alarmas por la posible expansión de estas redes terroristas y criminales.