Natalia Yermakova, una rusa aficionada al tango, lidera una suerte de brigada familiar que ayuda a los combatientes de la guerra en Ucrania, informó la agencia de noticias Reuters.

  Su marido Alexander, luchó en Ucrania durante más de un año después de responder al llamado de movilización del presidente Vladimir Putin, fue herido en el campo de batalla, operado y reenviado al frente después de recuperarse.

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Los tangos de la mishiadura

  Ahora ella, que comparte su amor por el tango, aporta su granito de arena al esfuerzo de guerra, trabajando como voluntaria en un "batallón familiar".

  Forma parte de un grupo de alrededor de 40 parientes, en su mayoría mujeres, de hombres movilizados en Moscú que dedican su tiempo libre para ayudar, teje redes de camuflaje, hace señales para marcar campos minados o junta velas para usar en trincheras y refugios subterráneos. 

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  Mientras que Vladimir Putin se posiciona para ganar un quinto mandato presidencial en marzo, es en personas como Yermakova -que como muchos rusos apoya la "operación militar especial" en Ucrania- en quienes el Presidente confía para mantener unida su base de apoyo, subrayó Reuters.

  Su trabajo tiene lugar en una oficina del partido gobernante Rusia Unida, que está adornada con la bandera roja, azul y blanca de Rusia y retratos de políticos como Putin.

  Los familiares se turnan para acompañar las entregas que ensamblan -en una furgoneta de más de 30 años- para el ejército ruso en lo que ella llama "los nuevos territorios": tierras 
ucranianas anexadas por Rusia.

  "Realmente queremos apoyarlos (a los soldados) moral y emocionalmente y enviarles un mensaje de bondad y un mensaje de que lo que están haciendo allí es necesario para la gente de aquí", declaró Yermakova a Reuters, mientras se tomaba un descanso mientras tejía un camuflaje gigante. 

  "Creo que Rusia se está despertando, despertando de su sueño, y comprende que (la guerra) no ocurre sin motivo alguno y que hay razones de peso para ello", declaró Yermakova, también mamá de dos niños.

  Yermakova reveló que había realizado varios viajes de entrega y describió el área cercana a la línea del frente como "un mundo diferente".

  El hilo del baile de tango recorrió su vida en tiempos de guerra, reveló.

  Cuando Alexander, de 32 años, tuvo un período de licencia de 24 horas en la región de Lugansk, en el este de Ucrania, en febrero, ella describió haber pasado una noche con él en un hospital evacuado, donde se puso un vestido, ambos bailaron un tango.

  Y cuando se casaron en una ceremonia civil hace unos seis meses, mientras él estaba herido y de permiso en Moscú, volvió a bailar tango a pesar de que tenía que caminar con un bastón.

El informe de la agencia extranjera no aclaró si Natalia y Alexander ya escucharon el tango “Nieve”, que el inolvidable Agustín Magaldi ("La Voz Sentimental de Buenos Aires") grabó el 15 de julio de 1936

Agustín Magaldi - Nieve