Alarma mundial: más de un tercio de la población planetaria no quiere vacunarse contra el Covid-19
Una encuesta global de la firma Gallup relevó que el 32% de los adultos, 1.300 millones de personas, vacilan ante las vacunas. La situación se replica en Argentina.
Nadie es profeta en su tierra. La Rusia de Putin, que ha desarrollado la vacuna Sputnik V de gran difusión en nuestro país, es una de las naciones donde se observa un mayor rechazo a la política de inoculación necesaria para combatir al virus Sars-CoV-2 que produce la enfermedad de Covid-19 y alcanzar la inmunidad de rebaño que permitiría controlar la pandemia.
El rechazo de las sociedades de Europa del Este a las vacunas en general ya se había registrado en otras oportunidades. Por ejemplo, en 2018, menos de la mitad de los rusos que habían oído hablar de vacunas, un 45%, estuvieron de acuerdo en que eran seguras. Mientras que el 24 % afirmó que eran inseguras.
Frente al panorama de permitir la inoculación de vacunas de emergencia por la difusión de contagios de coronavirus y con la posibilidad de acceder rápidamente al suero del Instituto Gamaleya, la encuesta de Gallup demostró la reticencia de los rusos. El 37% de los encuestados dijeron que se aplicarían una vacuna contra el Sars-CoV-2 pero un contundente 61% se manifestó negativamente.
“La gente continúa enfermando, se muere y no quiere vacunarse” exclamó a los medios Serguei Sobianin, alcalde de Moscú. Rusia es uno de los países más afectados por la pandemia. La agencia de estadísticas Rosstat contabilizó, hasta los primeros días del mes de Abril, cerca de 250.000 decesos por Covid-19, un balance que duplicó la información oficial que proporciona la administración de Vladimir Putin.
Los países del Este de Europa como Rusia, República Checa, Rumania, Macedonia, Albania, Serbia, Bulgaria, entre otros, tienen los porcentajes más bajos entre sus poblaciones de entusiasmo para recibir una dosis de las vacunas anti Covid. Ninguno de los casos referidos superan el 40% de aprobación de las vacunas que sus Estados ofrecen.
Esta realidad, que desvela a los profesionales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), desembocó en el comunicado que declaró la reticencia a las vacunas como una de las Diez Amenazas Globales a la Salud Mundial. Hecho que se verifica en los Estados Unidos de Norte América.
En EE.UU. los expertos en epidemiología que trabajan bajo las órdenes del prestigioso investigador Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergia y Enfermedades Infecciosas, han calculado que el 30 % de la población de ese país no tiene interés en vacunarse en una nación donde las vacunas sobran y las que se aplican han sido homologadas por la OMS: Pfizer; Moderna y Janssen de Johnson & Johnson.
Los expertos observan que a este ritmo de inoculación y con las resistencias y dudas exhibidas de parte de uno de cada tres estadounidenses, alcanzar la inmunidad de rebaño para bajar la circulación del virus es una misión imposible. Porque la inmunidad colectiva o social, que es la protección indirecta contra una enfermedad infecciosa que se logra cuando una determinada población se torna inmune, se logrará en ese país del norte cuando se alcance más del 80% de la población debidamente vacunada con dos dosis en la mayoría de los casos.
Por ello, la encuesta de Gallup es relevante, porque concluye que aproximadamente tres de cada diez personas en todo el mundo dijeron que no estarían de acuerdo con ser vacunados aunque la aplicación no tenga costo alguno para ellos. Si ponemos esa fórmula en números, cerca de 1.300 millones de adultos no estaban dispuestos a vacunarse en el momento de realización de la encuesta dada a conocer en el mes de mayo del corriente año. Los resultados se pueden consultar en https://news.gallup.com/poll/348719/billion-unwilling-covid-vaccine.aspx
El fenómeno de la vacilación en la vacunación se encuentra presente en Europa y Argentina
Hay que distinguir la prédica anti vacunas, presente con mucha intensidad en Estados Unidos, de lo que sucede en otras sociedades como la europea o la argentina donde se da un fenómeno de desconfianza o escepticismo en la eficacia y seguridad de las dosis que se ofrecen.
La recientemente creada Iniciativa Confianza en las vacunas Latinoamérica, https://confianzaenlasvacunasla.org/ un grupo de trabajo internacional, privado, conformado por médicos y profesionales de la salud que suelen oficiar de comunicadores a través de los medios masivos de comunicación, tiene su capítulo nacional representado por las doctoras Florencia Cahn, de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE) y Analía Urueña de la Universidad ISalud.
Ellas suscriben lo expresado por su colega brasileña Isabella Ballalai “estamos atravesando un fenómeno mundial denominado vacilación en la vacunación. Va mucho más allá de los problemas que generan los grupos anti vacunas. Este fenómeno es responsable de un retraso en la vacunación o incluso en la negativa de una vacuna en particular”.
Usualmente este fenómeno se encuentra linkeado con cuestiones locales de cada país. Por ejemplo, la credibilidad en la eficacia de los equipos de salud o en las vacunas que se encuentran disponibles, que no siempre son las mismas en una determinada región, y en el acceso a las inyecciones, según las localidades que la población habite.
Los casos de vacilación ante la inoculación varían según los países. Italia, por ejemplo, enfrenta una revuelta de los más jóvenes que se han volcado a las calles indignados ante la muerte de una chica de 18 años de Liguria fallecida por trombosis del seno cavernoso, diez días después de haberse vacunado con la primera dosis de AstraZeneca. En las redes italianas se escribió masivamente “nos usan como conejitos de Indias”.
Ante las protestas, el gobierno italiano decidió prohibir la vacuna de Oxford/AstraZeneca en menores de 60 años, sólo es recomendada para mayores de esa edad, y reemplazar la segunda dosis de AstraZeneca con las vacunas de Pfizer o Moderna que utilizan el tipo de ARNm, que no tienen el virus inactivo sino que enseñan a las células a producir una proteína que desencadena una respuesta inmunitaria dentro del organismo.
En Chile, que utiliza la vacuna europea, también ha decidido suspenderla provisoriamente hasta que se analice el caso de un chileno de 31 años que sufrió una trombosis que logró ser superada, y se ordenó reemplazar las dosis de AstraZeneca por las inyecciones de Pfizer/BionTech.
En Argentina, las idas y vueltas en torno a contratos misteriosos con laboratorios chinos y de Rusia, sumados a los casos de trombosis que se conocen desde el exterior, ha disparado la vacilación ante la inoculación que describíamos anteriormente.
La ministra de Salud de la provincia de Mendoza, Ana María Nadal, afirmó a periodistas de MDZ Radio, que “existe un alto porcentaje de la población que no se quiere vacunar contra el coronavirus”. Luego de insistir en que todas las vacunas disponibles en el país son seguras, especificó “hay un 15% de personas que voluntariamente deciden no vacunarse y se debe principalmente al temor por posibles efectos secundarios el cuál no tiene que existir. No se trata de mendocinos que militan los grupos anti vacunas, de hecho sí se inoculan contra otras enfermedades, pero tienen dudas por todo lo que se dice acerca de las vacunas contra el coronavirus”.
En ese sentido, la nota "La falta de transparencia y los contratos misteriosos por vacunas son una tendencia mundial" puede acercar una respuesta de las razones por las que buena parte de la población argentina esta recelosa de vacunarse en medio de la peor crisis sanitaria que enfrentó la Nación.
Llamó la atención el ruego del Jefe de Gobierno porteño en la conferencia de prensa ofrecida el pasado viernes 12 de Junio, para que los que puedan inscribirse por pertenecer a un grupo etario habilitado, lo hagan cuanto antes. Tres veces solicitó que los mayores de 50 años que no lo han hecho se vacunen cuanto antes. Una solicitud similar se escuchó en boca del gobernador bonaerense Axel Kicillof.
En la provincia de Buenos Aires la tasa de habitantes que se encontraban habilitados para vacunarse pero no lo hicieron, según datos al 4 de Junio pasado, era del 29 %. En la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, mientras tanto, ese mismo grupo etario alcanzaba el 10,7%, o sea 134.933 porteños que podrían vacunarse y no concurrieron a los vacunatorios. Entre los bonaerenses, el número total de personas que esquivaron el pinchazo, ascendía a 3.398.859 durante la primera semana de Junio.
La alarma mundial y nacional se enciende porque, a este ritmo de inoculación y con dudas acumuladas de los que pueden vacunarse, no se alcanzará la inmunidad de rebaño social y el riesgo de que el virus se torne incontrolable y mute para adaptarse crece con el paso de los días.