La situación tras las devastadoras inundaciones en Alemania sigue siendo tensa, especialmente en la zona oeste del país donde se lucha por restablecer los servicios básicos, mientras que en el este y sur del país empezaron a aflojar las lluvias y con ello el riesgo de nuevos anegamientos.

Las autoridades no reportaron nuevos balances de víctimas fatales en el oeste, que el domingo se situaban en los 161 muertos entre los dos estados más afectados por la catástrofe, Renania Palatinado y Renania del Norte-Westfalia.

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Los equipos de protección civil, bomberos y ejército trabajaban para asegurar diques y márgenes de los ríos desbordados, especialmente en la cuenca del Ahr, afluente del Rin, el punto crítico de la catástrofe, con 110 muertos.

En muchas zonas sigue cortado el suministro eléctrico y también de agua potable, que debe ser transportada desde otros puntos de la región.

Tampoco se pudo normalizar el transporte ferroviario, especialmente en lo que concierne a los trenes regionales: unas 80 estaciones de ambos "Länder" quedaron anegadas por las aguas.

En Baviera, en el sur, y en Sajonia, en el este, se logró rebajar la tensión, tras la alarma del domingo por el desbordamiento de algunos ríos y los temores a que con ello se produjeran también en esa parte del país corrimientos de tierras como los registrados en el oeste.

El nivel del Danubio a su paso por la ciudad bávara de Passau se situó este lunes en los 8,18 metros, por debajo del récord histórico de los 8,5 metros.

Las lluvias fueron bajando a lo largo de este lunes y no se prevén precipitaciones importantes en las próximas horas, aunque sí chubascos localizados, en el sur y el este.