En medio de la retirada de tropas de Estados Unidos y la OTAN, insurgentes talibanes tomaron hoy la ciudad de Zaranj, capital de la provincia de Nimroz, y asesinaron a un vocero del Gobierno de Afganistán, en Kabul.

El avance talibán se producía en medio del deterioro de la seguridad del país, al ritmo del retiro de tropas extranjeras.

Zanraj, en el sur del país, es la primera ciudad capital que cae en las manos de los islamistas radicales desde que el grupo llegó a un acuerdo de paz con Estados Unidos, en febrero de 2020.

No obstante, el Gobierno señaló la continuidad de intensos combates y que algunas defensas de la ciudad de mantenían en pie.

Los talibanes continuaban con la gran ofensiva que comenzó el pasado mayo en todo el país, según confirmó un vocero de la Policía, que subrayó la falta de refuerzos del Gobierno respaldado por Occidente.

En ese marco, los insurgentes ya tomaron decenas de distritos y cruces fronterizos.

Mientras, amenazaban con tomar otras capitales de las provincias del país, como Herat, en el oeste, y Kandahar, en el sur, a medida que las fuerzas militares extranjeras se retiran.

Un comandante talibán, que habló con la agencia Reuters bajo condición de anonimato, aseguró que Zaranj tiene una importancia estratégica, ya que se encuentra en la frontera con Irán.

En tanto, una fuente local citada por el sitio France24 afirmó que los talibanes se apoderaron de la oficina del gobernador, el cuartel general de la Policía y un campamento cerca de la frontera iraní.

Región desértica

Nimroz está escasamente poblada en una región que es principalmente desértica y Zaranj, la capital provincial, tiene alrededor de 50.000 habitantes.

El gobernador de la provincia, Abdul Karim Barahawi, huyó de Zaranj en busca de refugio en el pacífico distrito de Chahar Burjak, donde la población local de etnia baluch le ha brindado protección.

Los extremistas intensifican así su campaña por derrotar al Gobierno y retomar un régimen islámico radical, 20 años después que las fuerzas militares extranjeras lideradas por Estados Unidos los expulsaran del poder.

En tanto, durante las oraciones de los viernes, en Kabul, capital del país, los radicales asesinaron a Dawa Khan Menapal, director del Centro de Información y Medios del Gobierno.

Menapal fue atacado a disparos mientras viajaba en su vehículo y, tras el tiroteo, las fuerzas afganas se desplegaron por la zona, según declaró el portavoz adjunto del Ministerio del Interior, Said Hamid Rushan.

Es el más reciente crimen de una serie de asesinatos destinados a debilitar al Gobierno democráticamente elegido y encabezado por el presidente Ashraf Ghani.