La economía de Afganistán está al borde del colapso y la crisis humanitaria se intensificó a un ritmo sin precedentes en las últimas semanas, advirtió este miércoles Mary-Ellen McGroarty, directora del Programa Mundial de Alimentos del Programa Mundial de Alimentos (PMA), quien pidió más ayuda a la comunidad internacional.

"Es la primera vez que veo que una crisis como ésta se intensifica y acelera al ritmo y la escala que lo está haciendo", dijo la experta en ayuda humanitaria por videoconferencia, a periodistas en la sede de la ONU en Nueva York.

Antes de que los talibanes llegaran al poder a mediados de agosto, "ya teníamos una crisis humanitaria de proporciones increíbles", que afectaba a unos 18 millones de personas. "Simplemente está escalando y empeorándose", insistió.

"Se prevé que esas cifras aumenten y, en particular, en torno a las cuestiones de la alimentación y la malnutrición", precisó McGroarty, al mencionar que también existe una "crisis de liquidez en efectivo", lo que hace aún más urgente que la comunidad internacional colabore antes de la llegada del temido invierno en Afganistán.

"La gente está cada vez más desesperada y tiene cada vez menos dinero", advirtió.

Cuando le preguntaron si los talibanes obstaculizan la llegada de ayuda humanitaria, la funcionaria del PMA dijo que no.  

"No hemos tenido realmente ningún obstáculo" y la ayuda se basa en "principios humanitarios: imparcialidad, neutralidad, independencia operativa", dijo.

Los talibanes "están conscientes" de que esa es la manera en la que se entrega la ayuda.

Desde Kabul, la capital afgana, McGroarty enumeró algunos de los principales problemas económicos que atraviesa el país asiático tras el fin de dos décadas de ocupación estadounidense.

Entre ellos, citó la crisis de liquidez que obligó a los bancos a permitir únicamente la retirada de 200 dólares semanales, la depreciación de la moneda local, el "desmoronamiento" de los servicios básicos como el sanitario, salarios impagos o la escasez de puestos de trabajos en un país donde la economía informal juega un papel "importante".

Además, los precios de los alimentos y los combustibles casi se triplicaron en las últimas semanas.

"La sequía y la crisis económica que se superponen están empujando a la gente al borde de la supervivencia, la gente está vendiendo sus enseres domésticos para comprar comida, pero no están comiendo todos los días, están reduciendo las raciones y están comiendo comida menos sana", subrayó.

Su intervención ante los medios coincide con el llamado conjunto del PMA y otros organismos de la ONU como UNICEF, la FAO o la OCHA así como ONGs que trabajan sobre el terreno para pedir a los países donantes que cumplan sus promesas y aporten los fondos necesarios para prestar asistencia a la población.