El primer ministro etíope Abiy Ahmed se aseguró un nuevo mandato de cinco años, después de que su Partido de la Prosperidad (PP) logro una victoria rotunda en las elecciones. La participación alcanzó más del 90% entre los 37 millones que se inscribieron para votar.

Según los resultados oficiales emitidos por la Junta Nacional de Etiopía (NEBE), el PP obtuvo 410 de los 436 escaños de la Cámara Baja del Parlamento federal.

"Quiero confirmar que hemos logrado efectuar una elección creíble" que garantiza que "el pueblo será gobernado a través de su voto", declaró la presidenta de NEBE, Birtukan Mideksa, en la ceremonia de publicación de los resultados en Adís Abeba.

El PP partía como favorito ante una oposición fragmentada e integrada por formaciones pequeñas que representan a grupos étnicos en un país con más de ochenta etnias.

Más de cuarenta partidos presentaron candidatos alternativos al PP, pero obtuvieron un reducido número de escaños. El jefe de la oposición, Birhanu Nega, perdió, mientras que los partidos Ezema y el Movimiento Nacional de Amhara obtuvieron menos de diez escaños cada uno.

En un mensaje publicado el sábado en su cuenta de Twitter, Abiy calificó estos comicios llevados a cabo el pasado 21 de junio de "históricamente inclusivos", y añadió que su partido se alegraba de haber sido escogido por la voluntad popular para la administración del país.

En diez regiones de la segunda nación más poblada de África, los comicios no se llevaron a cabo y fueron postergados. La votación en las regiones de Hara y Somali se ha retrasado hasta septiembre por motivos de seguridad y problemas de logística, mientras no se ha definido una fecha para la votación en Tigray, donde los militares luchan desde noviembre de 2019 contra las fuerzas leales al Frente de Liberación (TPLF), el antiguo partido gobernante de la región.

En la región de Oromia, la más grande del país, y región de origen de Abiy, dos de los principales partidos de la oposición, el Congreso Federalista Oromo y el Frente de Liberación Oromo, boicotearon los comicios, alegando la detención de sus candidatos y ataques contra sus oficinas. 

Esto significa que el partido gobernante se presentó solo en docenas de circunscripciones.

Tras las elecciones, el partido Ciudadanos Etíopes por la Justicia Social presentó 207 quejas ante el organismo electoral por la votación.