¿Logrará Lula da Silva una cumbre americana?
Diplomáticos de la región coincidieron en que el presidente de Brasil debe completar una suerte de carrera de obstáculos para conseguirlo.
Una crisis diplomática en Ecuador y la incertidumbre sobre el futuro político de Venezuela dividieron a las naciones sudamericanas y atenuaron el entusiasmo por una cumbre que el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva está tratando de convocar, revelaron diplomáticos de la región.
Buscando volver a ser un líder regional, Lula reunió a 11 presidentes en la capital de Brasil en mayo pasado, pero el foro llamado Consenso de Brasilia se vio afectado por el desacuerdo sobre la presencia del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro.
El presidente chileno, Gabriel Boric, compañero de izquierda de una generación más joven, criticó entonces a Lula por haber invitado a Maduro a una reunión de líderes democráticos, al igual que el presidente uruguayo, Luis Lacalle Pou.
Con la preocupación por las elecciones venezolanas de julio y las secuelas de la invasión que Ecuador realizó a la embajada mexicana en el país para apresar a un opositor político, la región está demasiado agitada para un nuevo intento de diálogo, dijeron diplomáticos en Brasil y Uruguay.
Por separado, la Presidencia de la Argentina exteriorizó sus intenciones de que Javier Milei pueda entrevistarse con Lula, después de todos los insultos que le dedicó en campaña y que generaron un conflicto que tuvo que apaciguar en Brasil la canciller Diana Mondino.
Lula no renunció a los planos de una cumbre y recordó el martes que espera que Boric invite a otros presidentes a discutir la integración sudamericana cuando realice una visita de Estado a Chile el 17 y 18 de mayo.
"Necesitamos discutir cómo actúa América del Sur como bloque. Si hacemos política de alianza respetamos las diferencias, pero hagamos crecer la economía de la región", declaró el presidente de Brasil.
En Santiago, Boric admitió en un encuentro con corresponsales que adhiere a “la posibilidad de tener un diálogo con todos los mandatarios de América del Sur”.
El asalto ecuatoriano a la embajada mexicana el 5 de abril llevó las relaciones entre ambos países al límite, según el analista político de América Latina Brian Winter, vicepresidente de Política del Consejo de las Américas.
"También se oye resentimiento en algunas capitales contra Brasil por dar por sentado su estatus de gran superpotencia regional", añadió Winter.
La principal razón de la falta de entusiasmo por una cumbre sudamericana hoy es la próxima votación en Venezuela, coincidieron la mayoría de los diplomáticos consultados por la agencia de noticias Reuters, que pidieron el anonimato.
"Nadie va a querer formar parte de nuevos grupos cuando hay mucha incertidumbre sobre lo que va a suceder en Venezuela, si vamos a reconocer a Maduro o no, si vamos a reconocer las elecciones o no", señaló un alto diplomático sudamericano.
Y anticipó: “Va a venir una tensión muy grande con las elecciones en Venezuela, como ya hemos visto, entonces con razón los líderes no quieren hacer declaraciones o tomar una posición en una reunión en mayo”.
La reunión del año pasado en Brasilia fue un "fracaso total" porque Chile y Uruguay se distanciaron rápidamente de las opiniones de Lula sobre Venezuela, según el diplomático.
"Una reunión de presidentes en Chile no lo veo muy viable", sobre todo porque Boric se ha distanciado de las opiniones de Lula en temas como Venezuela, Rusia e Irán", comentó un asesor de política exterior del gobierno uruguayo.
Esa fuente ve pocas posibilidades de que se reinicie a corto plazo el bloque de países sudamericanos Unasur, iniciado en 2008 por Lula y el líder venezolano Hugo Chávez.
Pero Lula no se dará por vencido, aclaró: "Va a seguir insistiendo sobre la Unasur".