Viviana Puerta no para. Con el bajo perfil que ha cultivado en más de treinta años de trayectoria, en los que ha formado parte de proyectos exitosos como La banda del Golden Rocket y Chiquititas, actualmente se luce sobre las tablas y en streaming. Se trata de dos proyectos en los que sus personajes se encargan de romper con los estereotipos femeninos tan vistos en las ficciones.

Por un lado, Madres, una comedia musical dirigida por Josefina Pieres, en la que junto a Sabrina Garciarena, Laura Conforte y Anita Martínez muestran el “lado B” de la maternidad, con todas las alegrías y frustraciones que trae aparejadas. Y en Star+ forma parte del elenco de El encargado, la comedia negra protagonizada por Guillermo Francella, en la que interpreta a la esposa de Matías Zambrano (Gabriel Goity), el principal antagonista.

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“El encargado es un proyecto distinto muy cinematográfico, con el sello de Mariano Cohn y Gastón Duprat que es inigualable; y a la vez, es una comedia muy argentina, con todas actuaciones impecables de la mano de Francella, el gran capitán”, destaca en una charla con Noticias Argentinas y confirma que estará en la segunda temporada

La serie tiene la particularidad de tener un elenco muy grande pero que cada uno se luce con su participación, sea pequeña o grande, no es algo muy frecuente.

-Totalmente. Todos estamos de alguna manera involucrados con Eliseo, el personaje de Francella, y él pergeña todo con todos los que pasamos por ese edificio. Cada uno tiene su momento en el momento justo y creo que esa es la clave de un buen guión.

Te tocó interpretar a Romina Zambrano, un personaje que complica los planes de Eliseo porque reacciona de una manera distinta a lo que se espera de una mujer despechada, ¿Cuánto influye un personaje así en el contexto social que vivimos?

-Para mí es importante que haya personajes que rompan con los estereotipos femeninos. Y cuando a priori leí el libro, pensé que Romina era una despechada, pero después me di cuenta que es una persona muy segura de sí misma y que yo la había prejuzgado. A veces una como actriz tiene una lectura y la claridad de los autores suma un montón.

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En Madres también buscan romper con la concepción romántica de la maternidad, ¿eso explica el éxito de la obra?

-¡Me encanta hacer Madres!. Es una obra que llegó en el momento justo y más allá de ser una comedia, llega justo cuando estamos tratando de romper con un montón de patrones y mandatos que nos grabaron a fuego. Me parece que viene a revelar un poco de tranquilidad a la hora de maternar, sin estar todo el tiempo bajo la lupa y los jurados que te dicen cómo ser la mejor madre del mundo.

¿Lo padeciste en tu vida real?

-¡Obvio! Ojo que por lo general te lo dice gente que te ama, como tu mamá, tu abuela, alguna amiga. Lo hacen con la mejor intención porque a ella les funcionó tal cosa y creen que es la única manera y yo fui aprendiendo sobre la marcha. Algunas cosas las vas rompiendo por intuición y también los hijos son distintos. Es imposible criar dos hijos iguales y hay que tener mucha escucha, estar atento y hablar.

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¿Qué cosas te replanteaste en tu maternidad a partir de este trabajo?

-La obra me hace desdramatizar, quitarme peso de encima, sacarme la culpa, el drama. Me he reconocido muchas veces como una mamá culposa, hiper exigente. Y después, en algún momento, se desborda la cosa. Se te va de control y está bien que así sea. La obra me ayuda a humanizarme como mamá y a no tener miedo de decirle a mis hijos que soy una persona igual que ellos; que me equivoco y que está bien equivocarse. Tengo dos hijos, el mayor tiene casi 21 años y hay cosas que ya hice mal, con todo el amor del mundo y la inocencia, y ahora estoy tratando de subsanar. Veremos los resultados, pero por ahora tengo dos hijos divinos, super educados y ubicados en su entorno…