Por Carlos Polimeni

El corrupto Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires busca su reelección, pero como la policía brava a su cargo mata a un joven y hay un cura villero decidido a llegar a las últimas consecuencias en busca de justicia, deberá moverse en un terreno cenagoso, en que le esperan la gloria política o Devoto, más allá de la protección que puedan brindarle sus contactos internacionales.

El Jefe de Gobierno de la Ciudad se llama en la ficción de la tercera temporada de la serie inglesa "Riviera" Víctor Alsina Suárez, y el papel está a cargo del actor argentino Gabriel Corrado, en una caracterización que parece inspirada, en parte, sin que esto signifique una acusación, en la figura de Mauricio Macri, quizás por el color claro de sus ojos y por la calidad indiscutible de sus trajes.

En principio, es una rareza para una serie europea la decisión de sumar, aún con todos los estereotipos del caso, una pata porteña a una historia que durante dos temporadas había abundado en las formas de corrupción que ocultan las grandes colecciones privadas europeas de arte, con el telón de fondo de los paisajes de la Costa Azul francesa y sus millonarios en apariencia relajados.

Para un espectador argentino también es llamativo ver actuando en el Buenos Aires actual -pre pandemia-- a figuras relevantes del universo audiovisual europeo como la protagonista de la serie Julie Stilles (de larga carrera en el cine, con un destacado rol junto a Matt Damon en la trilogía del agente Jason Bourne) o su coprotagonista Rupert Graves, que lució sus talentos para la interpretación en la elogiada serie de la BBC "Sherlock".

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Una sorpresa: la trama porteña en el desarrollo de la tercera temporada de la serie inglesa "Riviera"
 

En la lógica de la narración, las marchas de protesta para reclamar por el esclarecimiento del asesinato del joven Tomás Castillo son encabezadas por el padre Enrique, que trabaja en la Villa 31, pero el Jefe de Gobierno tiene una carta que jugar, un rosario de color esmeralda que guarda un secreto -atención al tráfico de obras mal obtenidas-- que puede eliminar al cura como obstáculo para su reelección.

Las escenas villeras, a su vez, parecen bastante inspiradas en las varias representaciones de ese universo con que la industria audiovisual mundial se regodeó a la hora de contar en los últimos años la vida de Jorge Bergoglio antes de convertirse en el Papa Francisco, sobre todo la superproducción de Nextflix "Los dos Papas", dirigida por el brasileño Fernando Meirelles.

La combinación de elementos extraídos de la compleja realidad político-social de los últimos años en la Argentina, aún con sus trazos gruesos, redefine el valor de esta producción de la cadena británica Sky, que aquí se ve desde la primera semana diciembre por Fox Premium Series, ya que nada lo hacía prever durante sus dos primeras temporadas, que transcurrieron en paraísos geográficos europeos.

Los capítulos en Buenos Aires se grabaron justo antes de la pandemia, entre diciembre de 2019 y marzo de 2020, en parte como un contrapunto visual -a ojos del mundo, Sudamérica cumple una misión escenográfica evidente?con locaciones tan sofisticadas, aunque no exceptas de delincuentes, casi todos de guante blanco, como Venecia y Saint Tropez, de donde va y viene la acción principal.

Además del otrora galán de telenovelas Corrado como el Jefe de Gobierno y Fabio Aste como el sacerdote inspirado en los esforzados curas villeros argentinos, trabajan en la ficción, que tiene escenas en Retiro, San Telmo y Barracas, entre otros barrios porteños, los actores locales Franco Masini, Gianluca Zonzini, Elvira Onetto, Lucila Gandolfo, Eliseo Barrionuevo y Eugenia Lencinas.

RIVIERA Season 3 Official Trailer (HD) Julia Stiles
 

La primera temporada de la serie se estrenó en 2017 y tuvo un éxito internacional considerable: ambientada en la elegante Riviera francesa, su protagonista, el personaje de Stilles, es Georgina, una joven estadounidense experta en arte cuya vida da un vuelco tras la muerte de su reciente marido, el multimillonario Constantine Clios, a bordo de un yate, luego de una explosión.

Clios, el oscuro dueño de un banco, lega a su viuda un mundo de mucho dinero, mentiras, mafias y, sobre todo, una familia compleja, que orbita en torno a la magnética personalidad de su esposa anterior, una otoñal millonaria interpretada por la actriz sueca Lena Olin (famosa desde su inolvidable papel en la versión fílmica de "La insoportable levedad del ser", de Milan Kundera).

"Calificar a Riviera de thriller policiaco es quedarse corto", escribió la crítica Natalia Bosch en "La Vanguardia" de España. "Sí, es un thriller, aunque nada al uso. Pero también un drama de personajes y una estilizada telenovela en la que los personajes se mueven como pez en el agua entre coches y yates de lujo, mansiones de ensueño, subastas de arte y soirées con el jet set".

La dualidad entre estos dos mundos, "uno radiante, lujoso y superficial con el glamur de la Riviera francesa como telón de fondo y otro oscuro, putrefacto y despiadado, en el que el dinero es el rey", cautivó a espectadores de muchas latitudes, incluyendo centenares de miles de argentinos, que jamás esperaron una continuación como la que está ahora a su disposición.

La historia prosiguió en 2018 con una temporada 2, que se desarrolló con locaciones ambientadas en la Costa Azul, Monza, Niza y Mónaco dentro de una lógica en que la experta en arte debió convertirse en una mujer letal, para sobrevivir a esa clase alta europea, capaz de todos los asesinatos imaginables y que ahora ella misma integraba le gustase o no.

En la actual temporada la viuda ha logrado salir de la escena contaminada, en que para sobrevivir tuvo que aliarse al enemigo, y ahora es contactada, tras una conferencia en un claustro universitario en Londres por Gabriel Hirsh (Rupert Graves), un especialista en restitución de obras de arte que le propone seguir la pista de un Picasso apropiado por un coleccionista que vive en Venecia, Italia.

Aquí hay para un espectador argentino un dato de color interesante, aunque producto de la pura casualidad: el dueño del cuadro de Picasso que va a ser subastado se llama en la ficción Luca Aliperti, pero el actor que lo interpreta se pasea por la sociedad italiana con un documento real que lo acredita como Maurizio Lombardi, dato de color que bien podría ser un chiste de "Peter Capusotto"

"Corrado encarna a su personaje con algunas notas interesantes", apuntó la periodista argentina Paula Vazquez Prieto tras ver la serie. "Debajo de esa pérfida ambición asoma una misteriosa y simbólica enfermedad, la trágica muerte de su esposa le permite un gótico ceremonial en sus visitas al cementerio, y un duelo personal con el cura encuentra atractivos ecos de un pasado todavía por descubrir".

Agregó, en su nota para el diario La Nación: "En este nuevo escenario que sustituye al rocambolesco mundo de los Clios, las intrigas se despliegan de una geografía a otra, de los confines monegascos al barro de los potreros rioplatenses, de los asesinatos en hoteles lujosos a los secretos inconfesables de la alta alcurnia porteña, todo en esta nueva "Dinastía" de lujo y poder que se reinventa temporada a temporada".

La clave de esta fábula perversa llena de bondades cinematográficas a la hora del relato es que termina revelándose como "una historia de los ricos verdaderamente desagradables", definió el hombre que desarrolló sus primeros capítulos, el famoso director británico Neil Jordan, que ganó un Oscar por "El juego de las lágrimas".

Sin embargo, el factótum de la serie -Jordan se marchó pegando un portazo-- resulta su compatriota irlandés Paul McGuinnes, ex manager del grupo U2, que al ambientarla señaló: "Cualquier persona en el mundo que comience a hacer una gran cantidad de dinero, ya sea legítima o ilegítima, tiende a escaparse al sur de Francia para gastarlo, rusos, kazajos, estadounidenses, árabes, y eso crea un ambiente increíblemente fértil para una historia".

Ajeno a esta ficción y sus características, el ex presidente argentino y ex jefe de Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, que actualmente descansa en la Patagonia Argentina, decidió ir de vacaciones a la Costa Azul en el pasado mes de agosto, en unos días en que practicó golf en un club privado de Saint Tropez y aprovechó para visitar amigos de su esposa, Juliana Awada, en el vecino pueblo medieval de Ramatuelle.