A casi un mes de su llegada a Buenos Aires, en la que aprovechó para hacer trámites, visitar médicos y dar entrevistas, Susana Giménez decidió volver en un vuelo privado a Punta del Este, donde pasó la mayor parte de la pandemia. Y al subir al avión se llevó una grata sorpresa: el piloto era nada menos que el periodista Antonio Laje. 

Sin dudarlo, la diva quiso grabar un video con el conductor de Buenos Días América para compartir su alegría con sus seguidores. "¡¡¡Qué sorpresa!!! Hoy cuando me subí al avión para irme a Punta del Este ¿¿¿saben quién era el piloto??? Antonio Laje, un genio", escribió en su perfil de Instagram y mostró el intercambio que tuvieron antes de partir hacia Uruguay.

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"¡Antonio! Llegué y no te reconocí. Dije ‘hola, hola’. Vi al piloto, precioso... Me dijeron es Laje. ¡¡Laje!! Qué flaquísimo. Yo escuché una vez que eras piloto, pero me había olvidado", explicó animadora. "Vine a llevarte, es un placer para mí", le contestó el periodista. Y fiel a su estilo, "Su" no escatimó en elogios: "Qué genial, me encanta. Para mí también es un placer, Lajito amoroso".

Tras completar su misión de llevar a la diva al país vecino, Antonio compartió el video en su perfil de Instagram y destacó la actitud de su pasajera. "Uno de los vuelos más lindos que me toco realizar lo hice esta tarde. Enorme placer haberte llevado hoy. Gracias por tu sencillez… ¡¡y por este video genial!!", manifestó.

Giménez volvió a la Argentina el pasado 25 de agosto y tuvo un fugaz regreso a la televisión: le dio una entrevista exclusiva a Rodolfo Barili y Cristina Pérez para Telefe Noticias, en la que contó cómo fue su dramática experiencia con el Covid-19, que le tocó transitar en Uruguay y la llevó a permanecer dos semanas en el Sanatorio Cantegril.

"Mi Covid-19 fue muy grave. Yo no me imaginé nunca que era una cosa así. Hay gente que lo tiene de distintas maneras, mi hija lo tuvo y no tuvo absolutamente nada. Yo tuve neumonía bilateral. Fue horrible. Y las secuelas que te deja", relató la diva en una charla que se dio mediante realidad virtual, ya que los periodistas se encontraban en los estudios de Telefe y ella, en su casa, pero la tecnología hizo que pareciera que estaban en el mismo lugar. 

"El peor miedo fue morirme primero, y después que me intubaran. Dije que si me tenían que intubar dije que no. Que me dejen ir. Te duermen para ponértelo. Ese fue mi mayor miedo, el intubamiento. No tenía ganas de morirme en ese momento. El terror que te agarra, yo lloraba por todo", agregó. Y aseguró que con el paso de los días fue perdiendo las esperanzas: "Al principio todos me decían que iba a salir adelante. Y después a los días ya no me decían nada. Ahí pensé que me tocaba. Un día me llamó mi nieta y terminé llorando una hora. Fue muy fuerte. Yo soy una persona que nunca tuve muchos problemas. Pero fue muy duro".