Los 70 años de Sting, un ícono musical que traspasa generaciones
El músico británico cumpleaños y lleva medio siglo sobre los escenarios. Talento, carisma y excentricidades de un hombre con experiencia.
Gordon Matthew Thomas Sumner, conocido popularmente como Sting, cumple 70 años, de los cuales ha pasado 50 sobre los escenarios. Con talento, trabajo, carisma y las excentricidades que lo convierten en un verdadero ícono musical, traspasó generaciones, tanto con The Police como con su trabajo solista. Lejos de parar para disfrutar de los éxitos cosechados en todo este tiempo, el próximo 19 de noviembre lanzará "The Bridge", su nuevo álbum de estudio.
Sting nsció el 2 de octubre de 1951 en Tyniside del Norte, Inglaterra, y a los 8 años descubrió la música luego de encontrar una guitarra vieja que su tío quería tirar a la basura. Así fue como el chico que se sentía indiferente entre sus pares y también en su hogar, dada la mala relación de sus padres, encontró la forma de destacarse y ser popular.
Comenzó presentándose en conciertos de bandas de jazz, como Phoenix Jazzmen, y formó una agrupación llamada Last Exit, en la que cantaba y tocaba el bajo. En una de sus presentaciones lució una camiseta del Newcastle con rayas negras y amarillas que le valió el apodo de Sting -que significa “aguijón” en inglés- porque parecía una abeja.
En 1976, a los 25 años, formó The Police junto a Andy Summers y Stewart Copeland, y su vida tomó un ritmo vertiginoso. Grabaron cinco discos -"Outlandos d'Amour" (1978); "Reggatta de Blanc" (1979); "Zenyatta Mondatta" (1980); "Ghost in the Machine" (1981) y "Synchronicity" (1983)-, de los que surgieron grandes éxitos que coparon los rankings mundiales como "So Lonely", "Can't Stand Losing You", "Next to You", "Message in a Bottle", "Bring on the Night", "On any other Day", "Bed's too big without You", "De Doo Doo Doo De Da Da Da", "Spirits in a Material World", "Every Breath You Take" y "Murder by Numbers".
Tuvieron un breve impasse hasta que en 1986 volvieron a juntarse, pero las cosas no se dieron como esperaban y la relación entre el cantante y Copeland era tensa, motivo por el que no volvieron a insistir en compartir escenario hasta 2007, cuando lanzaron una gira mundial de la que Sting se arrepentiría años más tarde. “En su momento califiqué la gira como un ejercicio de nostalgia. Eso era simplemente lo que sentía y sigue siendo lo que siento hoy”, señaló en una entrevista.
Sin encasillarse en ningún género en particular, Sting mostró amplitud en su gusta musical y osciló cómodamente entre el rock, el punk y el jazz, motivo por el que ganó algunos detractores, pero se mantuvo fiel a lo que quería. También se animó a actuar y a nivel personal se involucró en causas sociales a favor del cuidado del medioambiente y demostró su apoyo con Amnistía Internacional. Y en su primera visita a la Argentina a 1987, como solista, invitó a las Madres de Plaza de Mayo a que subieran al escenario mientras tocaba "The Dance Alone", en homenaje a los desaparecidos durante la dictadura militar. EN sus siguientes visitas volvería a verse con Madres y también con Abuelas e H.I.J.O.S.
Sin The Police continuó su carrera a paso firme, con la misma impronta que lo llevó a convertirse en un artista prolífico y exitoso. Sin ir más lejos, es uno de los diez músicos más ricos del mundo. Pero lejos de seguir la tradición de dejarle su legado a sus hijos, al final de su vida su fortuna valuada en 200 millones de euros -que incluye lujosas propiedades como un viñedo en La Toscana y un castillo en Wiltshire- será destinada a las causas que defiende. Y a pesar de lo contradictorio que parece, asegura que es multimillonario pero también es socialista, y le gusta generar empleo y ayudar a la gente que lo necesita con su dinero.
Luego de sus años más agitados, que lo llevaron al éxito, la fama desmedida y los excesos, en la década del noventa tomó un estilo de vida ligado a lo espiritual y la práctica de yoga que mantiene hasta la actualidad y que también dio que hablar. Sobre todo, cuando a principios de 2000 declaró en una entrevista que tenía sexo durante ocho horas por días con Trudie Styler, su segunda esposa y madre de sus hijos Brigitte, Jake, Coco y Giacomo, a quien conoció cuando todavía estaba casado con Frances Tomelty, con quien tuvo a sus primeros herederos, Joseph y Fuchsia Katherine.
Pero más allá de las excentricidades, a los 70 años está enfocado en seguir haciendo buena música, aquella premisa de la que partió hace medio siglo y a la que se mantuvo siempre fiel. Quizás ese sea el secreto para mantenerse vigente.