Robin Williams fue uno de los actores más destacados de su generación. Dueño de un talento arrollador, su fuerte era la comedia, pero contaba con herramientas de sobra para sumergirse por completo en personajes dramáticos. Supo ser un querible extraterrestre en "Mork y Mindy" (1978), un profesor de literatura poco ortodoxo en "La sociedad de los poetas muertos" (1989), un payamédico en "Patch Adams" (1998) y un pésimo padre en "El mejor padre del mundo" (2009) y este 21 de julio cumpliría 70 años.

Nació en Chicago, Estados Unidos, fruto del amor entre Robert Williams, un empresario de la industria automotriz, y Laurie Williams, una actriz y modelo. Durante su adolescencia no tenía muy claro hacia donde quería direccionar su vida profesional. Comenzó a estudiar Ciencias Políticas en el Claremont Men’s College de California, pero un año más tarde descubrió su interés por la actuación, motivo por el que empezó a tomar clases de interpretación en el College of Marin, en 1973 se mudó a Nueva York para continuar su formación en la Academia Juilliard y tres años más tarde dio sus primeros pasos como actor.

Robin Williams, el actor que conoció el éxito, superó sus adicciones y tuvo un trágico final
"Mork & Mindy"

En 1978 dio el gran salto al quedar seleccionado para protagonizar "Mork y Mindy", junto a Pam Dawber. La comedia tuvo mucho éxito a nivel local e internacional, pero Williams temía en quedar encasillado en su personaje. Motivo por el que decidió dar un paso al costado y apostó al cine con "Popeye" (1980), de Robert Altman, que no tuvo un gran rendimiento en las boleterías pero ayudo a impulsar la carrera del actor.

En simultáneo a sus primeros trabajos populares, Robin hacía diferentes espectáculos de stand-up que, según él mismo reveló, la combinación entre las extensas jornadas de grabación y sus presentaciones nocturnas le causaban tanto estrés que se inició en el camino de los excesos a las drogas y el alcohol. Pero luego de vivir un hecho traumático, por la muerte de su amigo y colega John Belushi, quien sufrió una sobredosis horas después de verlo, y tras el nacimiento de su primer hijo, Zachary Pym -fruto de su matrimonio con Valerie Velardi- decidió cambiar sus hábitos. Aunque 20 años más tarde volvió a hacer un tratamiento de rehabilitación tras una fuerte recaída.

Robin Williams, el actor que conoció el éxito, superó sus adicciones y tuvo un trágico final
"Good Morning Vietnam"

En la década de los 80 obtuvo papeles importantes en "Good Morning, Vietnam" (1987) y "La sociedad de los poetas muertos". Mientras que a principios de los 90, fue reconocido por su protagónico en "El rey pescador" (1991), "Aladdin" (1992), "Mrs. Doubtfire" (1993) y "Patch Adams", entre tantos otros títulos. Interpretó personajes de todo tipo y dejó marcada su impronta en cada una de las historias que le tocó contar tanto en televisión como en cine, donde participó en 80 películas.

Lejos de los flashes, tenía un costado solidario muy marcado y disfrutaba de pasar tiempo con sus tres hijos Zak, Zelda Rae y Cody Alan- los dos últimos, de su relación con Marsha Garces- y su nieto McLaurin. Pero en los últimos momentos de su vida, ya no era el mismo y no solo lo percibían los miembros de su familia, sino que también sus compañeros de trabajo.

El 11 de agosto de 2014 decidió terminar con su vida a los 63 años. Fue encontrado en su casa de California con claros signos de ahorcamiento. La noticia no solo conmocionó a todo el mundo, sino que disparó todo tipo de versiones sobre la vida del actor. Lo cierto es que Williams creía que padecía Parkinson, pero Susan Schneider, su tercera esposa y viuda, reveló en el documental "El deseo de Robin" (2020) que tras realizarle una autopsia los médicos descubrieron que sufría demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad degenerativa.

"Estuve viendo cómo afectó a su cerebro. Me di cuenta de que ésta era la forma más terrible de Demencia con cuerpos de Lewy que había visto jamás. No había ningún área que no estuviese afectada. Me sorprendió mucho que Robin pudiera caminar o moverse", explica el neurólogo Ben Miller en el documental. Mientras que su viuda reveló que hacía tiempo que el actor sentía un malestar difícil de explicar y que "era consciente de que estaba perdiendo su mente", pero además, hizo pública una de las últimas conversaciones con él: "Yo le pregunté: '¿Cuando lleguemos al final de nuestras vidas y miremos para atrás, qué te gustaría haber hecho?'. Sin dudarlo él dijo 'Quiero ayudar a que la gente tenga menos miedo’. Me pareció hermoso y le dije ‘Querido, ya lo estás haciendo. Eso es lo que haces. Y es bastante genial'".