Raphael: "Hace 60 años que vivo preparado para subirme a los escenarios"
Dueño de una trayectoria distinguida, el artista español visita la Argentina de cara al concierto que dará en el Luna Park el 14 de mayo.
Raphael es la mezcla perfecta entre la sabiduría que le ha dado la experiencia y un espíritu joven dispuesto superarse constantemente. Y en esa fusión, el artista oriundo de Linares, Jaén, marca la diferencia por la que ninguna de las adversidades que se le han presentado en la vida han podido pararlo. Ni siquiera, la pandemia de Covid-19 que lo obligó a suspender su gira por Latinoamérica en 2020.
Pero a dos años de que el mundo diera un giro inesperado, El Niño volvió al ruedo con la misma fuerza de siempre y espera ansioso su reencuentro con el público argentino el 14 de mayo en el Luna Park, con un concierto en el que celebrará sus seis décadas de carrera con sus grandes éxitos y, además, presentará 6.0, uno de los tres discos que grabó en el último tiempo. "Hace 60 años que vivo preparado para subirme a los escenarios", dice con seguridad.
-Fuiste uno de los tantos artistas que tuvo que cambiar de planes sobre la marcha por la situación sanitaria mundial, ¿cómo lo viviste?
-En enero de 2020, estaba con el Papa en Roma y me notaba resfriadillo, pero no se oía hablar del tema. Me fui a Francia, porque tenía un compromiso y seguía así, y en Madrid pasó igual, pero empecé la gira en México. El concierto salió muy bien, no estaba resfriado ni nada, de ahí me fui a Colombia y de ahí me sacaron un aparatito para medir la temperatura y me dijeron que tenía fiebre. A las dos horas recibí órdenes tajantes de mi médico en Madrid para volver a casa. Me encerré con mi mujer y hablaba por teléfono con mis hijos, por videoconferencia, y a los tres meses me cansé y empecé a grabar.
-¿Es verdad que grabaste tres discos?
-Sí, los tenía medio preparados ya. Enseguida tuve permiso de las autoridades para hacer conciertos en sitios muy grandes para llenarlos por la mitad, para que no estuvieran todos juntos. Me acostumbré enseguida, porque además no había otra: era eso, o nada. Así pude pasar el 2021 trabajando normalmente y a mí nunca me pasó nada.
-Hace 20 años recibiste un trasplante de hígado, ¿tuviste que tomar algún cuidado especial por tu salud?
-No, solo fui de los primeros vacunados y enseguida me dieron las tres dosis de la vacuna contra el Covid-19. Creo que pronto me van a dar la cuarta, pero yo no he notado nada. Me siento igual que siempre.
-¿Cómo viviste esos tres meses en los que no saliste de tu casa?
-Los pasé con más precaución que miedo. Con mis hijos en sus casas, no nos podíamos ver ni tocar. Hacíamos todo por videoconferencia. Aprendí a comunicarme de este modo a raíz de la pandemia y por suerte aprendí rápido.
-Uno de los discos que grabaste es 6.0, que lo vas a presentar en el Luna Park, y contaste que elegiste las canciones que siempre quisiste grabar, pero que por alguna razón nos habías podido. ¿La pandemia te ayudó a concretarlo?
-Claro, eso era lo más claro que tenía y me puse al teléfono con todos los artistas con los que quería cantar. Todos dijeron que sí, entonces ellos grababan en sus países y me lo mandaban. Fue muy divertido. Después pudimos compartir juntos un estudio, pero en principio lo hicimos a distancia.
-A lo largo de tu carrera has cantado con artistas de diferentes países, de otras generaciones y que se dedican a otros géneros musicales, ¿cómo los elegís?
-Siempre pienso en los que también tienen ganas de cantar conmigo y así me ha ido bien. Si no, sería un jaleo (se ríe).
-El único tema del 6.0 que cantás solo es Resistiré, que tiene un significado muy fuerte para los tiempos que corren.
-Hace veinte años que mi mujer -la periodista y escritora Natalia Figueroa- me venía pidiendo que cantara esa canción. Yo le decía: '¿Qué tienes contra la versión de El dúo dinámico? Ya la cantan ellos, déjales'. Y así un año y otro año, pero en plena pandemia le dije: 'Te voy a dar el gusto'.
-¿El público cambió a raíz de la pandemia?
-No, yo lo veo igual. Con el mismo entusiasmo. Afortunadamente, se nos pasan las cosas. Tenemos muy buena memoria, pero también de las cosas que nos queremos acordarnos, nos olvidamos. Yo volví con total naturalidad. Aquí no ha pasado nada, pero tengo más expectativas.
-Cuando empezó la pandemia y el confinamiento, había una fantasía de que íbamos a volver mejores, ¿lo tomaste con el mismo optimismo?
-Yo soy una persona muy optimista. Siempre veo el lado positivo de las cosas, incluso cuando me pasaron cosas, porque en mi vida he tenido muchos incidentes.
-¿Ese optimismo es la clave para mantener tu esencia después de seis décadas de carrera?
-No es fácil, pero soy muy tranquilo. A los éxitos los tomo con tranquilidad, siempre rebajo la tensión. Sé que no es fácil, pero a mí me sale así.
-En la Argentina tenés miles de fanáticos y además sos uno de los grandes referentes de nuestros cantantes más destacados, ¿cómo es tu vínculo con los argentinos?
-Muy cercano. No sé si la gente lo sabe, pero desde mis comienzos, siempre mis músicos fueron argentinos. Arranqué con Manuel Alejandro, que hacía pocos viajes y se dedicaba a componer. Después me acompañó el pianista Waldo de los Ríos y así seguí con artistas argentinos.
-¿Fue una coincidencia o algo buscado?
-No, yo lo busco. Los músicos de aquí son sublimes y hay que ser muy bueno para aguantarme.
-Con todo lo que conseguiste, ¿en algún momento relajás la exigencia que vos mismo te imponés?
-En algunos, sí... pero yo me puedo relajar de mil maneras, hasta trabajando muchísimo, porque si eso es lo que me gusta, en realidad me está relajado. Y cantar me gusta.