El 8 de marzo de 1941 nació en Lules, Tucumán, Ramón Bautista Ortega, quien años más tarde se convertiría en un exitoso cantante, actor, productor, padre de familia y político. Hijo del obrero azucarero Juan Ortega y de Rosario Saavedra, "Palito" era el segundo de siete hermanos y comenzó a trabajar a los cinco años para ayudar a su familia. Lustraba zapatos, arreglaba bicicletas y hasta llegó a cuidar tumbas en un cementerio. Y así, pasó su infancia buscando la forma de progresar. Hasta que finalmente, a los 14 años, luego del divorcio de sus padres y del abandono de su madre, se animó a probar suerte en Buenos Aires.

 Fue cadete, mozo, empleado de limpieza y vendió café en las puertas de Canal 7 y Radio Belgrano, hasta que se animó a dar sus primeros pasos con la música, algo que siempre había querido hacer, pero dadas sus grandes responsabilidades, no había podido. Primero, fue ayudante de Carlos Ginés, un famoso locutor, actor y periodista que vio potencial en el "changuito" tucumano. Luego, acompañó durante tres años a Dino Ramos y Silvio Soldán con la orquesta de Carlinhos, un trabajo en el que aprendió a tocar instrumentos, algo que siempre había querido hacer, pero dadas sus grandes responsabilidades, no había podido.

Con un poco más de confianza, Ortega se animó a abrirse camino por su cuenta en los medios de comunicación bajo el pseudónimo "Nery Nelson". Años más tarde se hizo llamar "Tony Varano". Sin embargo, gracias a un casting que hizo en la empresa RCA Víctor, el directivo Ricardo Mejía lo bautizó "Palito", nombre que se convertiría en su sello y lo llevaría a la gloria de la canción.

Su consagración llegó en 1962, de la mano de su participación en "El club del clan", ciclo que lo catapultó al éxito con canciones como "Media novia", "Bienvenido amor" y "La felicidad". Participó en más de treinta películas, batió récords con sus discos y trascendió las fronteras de Argentina con sus canciones. Y junto a Evangelina Salazar, su gran amor, formó la familia que siempre soñó con sus hijos Martín, Julieta, Sebastián, Emanuel, Luis y Rosario.

"Uno en realidad ha experimentado tantas cosas en la vida que llegar ya a los 70 años y mirar hacia atrás y hacer el repaso del camino que hemos transitado... Yo particularmente no tengo más que palabras de agradecimiento a la vida y a Dios, porque tengo buenos amigos, tengo una familia que con tanto amor hemos construido con Evangelina y entonces uno se nutre fundamentalmente de estas cosas, de los afectos reales y verdaderos. Estoy feliz", declaró "Palito" en diálogo con Eduardo Feinmann y Baby Etchecopar en Radio Rivadavia, emocionado por sus ocho décadas.

Y destacó el largo recorrido que hizo para convertirse en el hombre que es hoy: "Llegué a esta edad con la inmensa felicidad de haber vivido de la forma en la que yo elegí vivir; pude desarrollar una carrera; salí de un lugar bastante difícil, muy precario y sin embargo, poniéndole voluntad, corazón, siguiendo siempre mi camino, que me marcó fundamentalmente mi viejo a través de sus consejos".

La carrera de Ramón no solo se basó en el rubro artístico, sino que también se dedicó a la política. En 1991 fue elegido gobernador de su provincia natal. Y en 1998, asumió como Senador Nacional por la misma provincia. Luego de esta faceta, volvió de lleno al ambiente artístico como cantautor y director, pero lo que más lo hizo destacarse en los últimos años fue, sin dudas, su actitud ante sus colegas que la estaban pasando mal.

Primero, acogió a Charly García en su casa de Luján el peor momento de sus adicciones y fue fundamental en la rehabilitación del músico. Y luego, acompañó a Cacho Castaña hasta el final de su vida, mostrándose incondicional. "Son simplemente estos sentimientos que uno tiene y que los puede expresar de la única manera que sabe, acercándose a los amigos y tratar de acompañarlos porque la vida es un poco eso. Cuando hago algo lo siento de corazón y los gestos que uno ha tenido con los amigos es porque también los amigos tienen gestos con uno", manifestó con modestia en Rivadavia y aseguró que si bien siente el peso de la ausencia de los que ya no están, hoy disfrutará de sus hijos y nietos, su mayor orgullo.