Hace tiempo que Nazarena Vélez decidió hablar sin tapujos sobre sus adicciones. En más de una oportunidad, contó que durante años consumió anfetaminas para bajar de peso y recientemente, en una entrevista con "Seres libres", el programa de Gastón Pauls en Crónica TV, reveló que a raíz del suicidio de Fabián Rodríguez -su marido y padre de Thiago, su hijo menor- tuvo problemas con el consumo de alcohol.

"Cuando falleció Fabián, me quede sola y perdí todo, todos los días tenía ataques de llanto; fue cuando empecé a tomar alcohol. Acostaba a 'Titi' a las 20 y abría la primera botella de vino, podía tomarme cuatro o cinco litros sola. Habré durado dos meses así", contó la actriz y productora y aseguró que la maternidad la ayudó a tomar conciencia del daño que se estaba haciendo. "Tengo una personalidad muy adictiva, el ser mamá a los 19 años a mí me salvo de un montón de cosas", destacó.

Además, contó cómo la afectó el último año, en el que a raíz de la pandemia, tuvo poco trabajo. "Cuando empezó la cuarentena tomaba 6 mg de rivotril. Todo el tiempo tengo tentaciones y todo el tiempo me tengo que estar recordando que no me quiero morir. Tengo tres hijos maravillosos y a pesar de todo, yo decido vivir, pero tengo una personalidad que atenta varias veces contra mí", explicó. E hizo referencia a su relación con los medios de comunicación: "Yo trato de no responsabilizar al afuera, porque yo también expuse un montón y llega un punto en el que no podés cerrar la puerta. Yo encontré cómo revisaban la basura de mi casa, ¿hay algo más bajo? Yo en este medio no estoy por pasión, estoy por plata. Nunca me importó ser así, siempre quise ser productora, lo que soy hoy".

Y recordó que su peor momento a nivel personal y mediático fue a los 36 años, cuando sufrió una sobredosis. "Tomé noción cuando me estuve por morir, me pegué una sobredosis de pastillas. Me comí una hamburguesa y me dije ¿esto con qué se equipará? Con muchas más pastillas. Fue el 16 de noviembre de 2008, estaba en la cama inmovilizada, sentía que tenía bichos en el cuerpo. Me daba vergüenza contarlo, sabía que estaba mal lo que estaba haciendo", relató. Y se agregó: "Yo estaba luchando por dejar las pastillas y todo el mundo estaba diciendo cuan gorda estaba. A nivel público fue lo peor que me pasó. No se tiene dimensión del daño que se hace desde el exterior a uno. Lo que yo recibía del afuera era 'la estás cagando, volve a consumir porque no estaría siendo muy aceptado tu nuevo cuerpo'".