Miguel Ángel Rodríguez brilla en teatro independiente: su opinión sobre las ficciones y la televisión actual
El actor habló a fondo con Noticias Argentinas sobre su personaje en la obra “Quieto” y su nuevo desafío.
Miguel Ángel Rodríguez es uno de los actores argentinos que supo reinventarse a lo largo de los años. Alcanzó mucha popularidad con el humor desde VideoMatch, tuvo su ciclo Los Rodríguez y logró el éxito absoluto con Son Amores y después con Los Roldán. Participó en Polémica en el Bar, en La Peluquería de Don Mateo y en El Capo, solo por mencionar algunas de sus apariciones.
Sin ficciones en la televisión, aceptó la propuesta para participar en la serie Barrabrava y, en el afán de continuar experimentando nuevos personajes que le representen un desafío, el actor aceptó la propuesta de encabezar una obra de teatro independiente.
Rodríguez muestra toda su calidad actoral en “Quieto”, el espectáculo que se presenta en el Nün Teatro Bar, los viernes a las 21 horas y los sábados a las 18 horas, y que ya se convirtió en la joyita del teatro off.
En diálogo con Noticias Argentinas, Miguel Ángel Rodríguez habló de este nuevo desafío y reveló que le da tristeza que no se hagan ficciones en televisión, aunque no pierde las esperanzas de que regresen en algún momento, de la mano de Adrián Suar.
NA -¿Por qué elegiste hacer esta obra?
MR -Elegí esta obra por varios factores: el primero y principal es que apenas me llegó el libro y lo leí, me gustó. Es muy importante en la primera sensación de alguien que le llega así un libro, sentirse cautivado en la primera lectura. Es un libro que seduce por todos lados y que propone un desafío extraordinario para un actor de mi edad y de mis características. Y me fascinó, así que al libro en sí ya le había dicho que sí.
Después, porque era andar por otro camino que nunca había andado, que era el teatro independiente, el off. Por diferentes actividades, siempre en mi profesión, hace ya algunos años, un poquito más de 40, 45 años, nunca lo había hecho. Entonces se me dio justo y por algo llegan a las cosas, no son casualidades. Y en otro momento del trabajo no hubiese podido. Estaba grabando series, grabando en la vorágine de la tele o de otra obra y venía de hacer el Alvear, el San Martín, entonces también dije ¡qué bueno esto para cambiar un poco! También antes había hecho Carlos Paz, entonces fue un año que transité arriba de los escenarios diferentes estilos y este que llegó no me lo quería perder, así que le di para adelante también.
Y el tercer factor es porque conocés gente distinta dentro de este ambiente. En el ambiente trabajamos todos los mismos artísticamente, artistas para escribir, para dirigir, para iluminar, para escenografiar, para vestir, para producir, para todo. Entonces se abrió el abanico de conocer gente dentro de este mismo palo que no conocía y de seguir aprendiendo, que eso es importante.
-¿Qué nos podés contar de tu personaje?
-Del personaje te puedo contar que Renzo es un señor muy particular de los que hay muchos, por eso también la gente lo ve y se siente identificada, seguramente, son personajes populares y ahí está la habilidad de Florencia Naftulewicz (autora y actriz), que tuvo una pluma muy particular en detenerse en detalles tan populares que hacen a la gente sentirse identificada y representada.
A través de Renzo tengo unos aproximadamente 78, por ahí 80 años, ponele, pero que parece mucho más, dada la situación que vive, que le pasa a muchísima gente. Después de casi dos años de la muerte de su mujer, de quedarse viudo, no ve otra opción que quedarse quieto, en todo el sentido de la palabra. No por opción, sino que es lo que siente, que es lo que le pasa. Entonces eligió eso, con una hija y con un hijo, en el caso del hijo de Fede, un hijo gay, con todo lo que eso implica para una persona de esa generación.
Bueno, en la obra de todo eso se va hablando y Julieta, la hija, toma la determinación de ir a verlo, de pasar un fin de semana juntos y ahí desatan y muestran, a lo mejor digo yo, sus miserias, sus virtudes, sus defectos, sus tristezas, sus almas, sus sentimientos, sus alegrías, su reconciliación, como pueden. En el caso de Renzo, a su estilo, como puede. Me parece un desafío extraordinario hacer a Renzo.
-¿Te hiciste popular y lograste mucho éxito gracias a la televisión. ¿Hoy ves televisión?
Vengo de la tele, de hacer muchas cosas en tele. Veo tele, vi siempre tele, toda mi vida vi tele, amo la tele, me parece una maravilla dentro del entretenimiento que puede llegar a ser. También puede ser un artefacto letal para otras cosas, pero con motivación y con un montón de historias desde la base del entretenimiento es lo que me dediqué tantos años en La peluquería de Don Mateo, Polémica en el bar, Son Amores, Los Roldán, Por Amor a Vos, El Que Me Quiera, El Capo, bueno, hay un montón…
Y además desde atrás también, yo empecé en el año ‘80 en esto, así que estuve como asistente de producción, como productor, como asistente de dirección, llegué a dirigir en vivo, así que la viví a la tele de todos lados y la amo profundamente. Así que miro, sí miro, pispeo bastante. Hoy día no hay mucho, o sea, si me preguntás qué está pasando con Gran Hermano, no miré a un Gran Hermano en mi vida, porque también a través de eso voy en contra de los productos que están bien y tienen que entretener, pero que me gustaría que hubiesen sido otras cosas.
-¿Te pone mal que no se hagan ficciones para TV?
-Sí, me pone triste que no haya ficción. Yo participé invitado por Adrián Suar el año pasado en Buenos Chicos 20 capítulos, viendo cómo se terminaba, se desarmaba el último bastión que quedaba de ficción en la TV abierta, y fue triste, muy triste. Quisiera que haya más y tengo fe que pega la vuelta esto y que va a volver. A lo mejor vuelve con lo mismo que se hizo en plataformas y que se está haciendo en plataformas, como en Estados Unidos se hace, y poner las producciones que están en Netflix, Amazon, Disney, Star Plus, Flow, HBO y un montón de plataformas pasen a la televisión abierta y la gente lo pueda ver, una vez ya ha emitido y tras un buen tiempo prudencial en la plataforma, pase a canales de aire. Sería genial, ojalá pase así. Pero yo creo que igualmente de alguna forma va a volver, tiene que volver, porque si no voy a estar triste y eso no está bueno.