Cuando la pandemia irrumpió en la Argentina y el Gobierno nacional decretó la cuarentena estricta, faltaban solo dos capítulos para terminar el rodaje de la segunda temporada del El Tigre Verón, que quedaron suspendidos por tiempo indeterminado.

Semanas más tarde, se desató una profunda crisis económica en Polka, por la que trabajadores que están delante y detrás de cámara reclamaron por falta de pagos, demoras e incumplimiento de contratos.

Y Marco Antonio Caponi fue uno de ellos.

"La impunidad y el abuso se sigue haciendo presente, esta empresa no solo despidió empleados y se financió con nuestros sueldos, también usó al estado y no cumplió con la parte que les corresponde", expresó en un carta que publicó en sus redes sociales a mediados de 2020. "Lo mas grave e imperdonable, es que se encargo de sembrar temor y de generar inestabilidad mental en cada uno de nosotros y en un momento de la vida extremadamente fragil y perturbador para cualquier ser humano", agregó.

Y concluyó: "Mientras presentan protocolos y hacen pantomimas siguen estirando una situación espantosa. No se jacten de querer salvar la industria, porque lo único que hacen es destrozarla y destrozarnos. ¡Respeten el trabajo! y cumplan". Más allá de esta situación, en enero de 2021, se retomaron las grabaciones de la miniserie que protagoniza Julio Chávez y aunque se dijo que Caponi fue convocado pero que se negó a presentarse en la productora, a raíz del estreno de los nuevos capítulos en Flow y la pantalla de eltrece, el intérprete decidió hacer un contundente descargo.

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"Con la verdad no ofendo ni temo. Me encantaría estar compartiendo material y festejando por el estreno, pero no puedo; me sale solo esto y necesito ponerle punto final. Y si algo de lo que dije en su momento y digo a continuación es mentira, que pongan los papeles en la mesa", empezó el marido de Mónica Antonópulos. Y continuó: "Que utilicen sus poderosos medios para armar una verdad que no es. Voy a ejercer mi derecho a contar mi verdad que tengo guardada hace una pandemia. Leí por ahí que yo me fui de la serie, que mis compañeros estaban enojados porque no iban a poder cobrar sus bolos, que por mi culpa El Tigre Verón no pudo ser contado hasta el final y bla, bla, bla. Tengo derecho a mi descargo".

Además, explicó por qué no se sumó al rodaje de este año. "Yo no me fui, Polka dio por finalizados los contratos. ¿Pero se podía hacer eso en plena pandemia? No. Nos presionaron a salir con las condiciones que ellos planteaban. Se rescindieron los contratos, disfrazándolos de desvinculaciones de mutuo acuerdo. Todo esto con fechas ficticias prepandemia para no cubrir los sueldos, ni pagar la doble indemnización que correspondía por despido", señaló. "Nos presionaron con una posible quiebra y nos vimos obligados a aceptar las condiciones que ellos querían. No todos tenemos espalada para soportar 5 meses de pandemia. Sabiendo eso, empezaron ofreciendo el 15 por ciento de la deuda y llegamos al 70 por ciento de lo que nos debían, en cómodas cuotas", añadió.

Más allá de la incertidumbre general, Caponi confiaba en que la productora de Adrián Suar no quebraría y que la ficción terminaría saliendo al aire. "Ganó el oportunismo, la viveza criolla. Después entendí que lo único que pretendían era reformular la productora y reducir el personal de la manera más económica posible, valiéndose de la situación epidemiológica, de la crisis y del miedo de todos los trabajadores", disparó.

Y concluyó, con crudeza: "Me llamaron para continuar en enero, como si nada. ¿Por qué no seguí? Por razones obvias. Mirá si me enfermaba trabajando ahí y me pasaba algo. La única verdad es que Polka nos usó y que la Justicia no hizo nada. Estoy contento de no ser cómplice del silencio y de no haber avalado con mi decisión un acto deshumanizante de un grupo empresarial que se valió de la pandemia para reducir sus costos laborales".