Acostumbrada a romper las reglas y ser el centro de todas las miradas desde que irrumpió en la escena musical, a los 61 años Madonna sigue dando que hablar. En los últimos días la ídola pop compartió una selfie en la que se la ve en topless y ropa interior y generó controversia en las redes, ya que aunque muchos le dedicaron mensajes positivos, hubo gente que señaló que la imagen era de mal gusto.

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Lo cierto es que “La reina del pop” nunca tuvo problemas en mostrarse con poca ropa o directamente desnuda. A los 18 años, mucho antes de convertirse en una estrella, la artista posó sin ropa mientras hacía una rutina de ballet en el Art World Institute of Creative Arts. Las imágenes salieron a la luz recién en 2017 y se subastaron por un valor de entre 800 y 200 dólares.

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Un año después de aquellas imágenes, Madonna volvió a retratarse desnuda y ella misma recordó esa sesión de fotos a través de sus redes. "Tengo 19. Viviendo en Nueva York. Estudiante en la Escuela de Danza Martha Graham. Modelé para escuelas de arte por toda la ciudad para pagar la renta. Clases de pintura, dibujo y fotografía"escribió la intérprete de “La isla bonita” y explicó cómo vivió el momento en el que las fotografías salieron a la luz cuando ya era conocia."Muchas de estas fotos fueron vendidas a Playboy y Penthouse cuando me volví famosa. Los fotógrafos me explotaron y entonces el Patriarcado trató de avergonzarme por estar desnuda". Y remató: "No pueden detener al arte tratando de avergonzarlo. La creación siempre gana".

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A lo largo sus casi cuarenta años de carrera como solista, la diva estadounidense manejó su desnudez y el sexo sin ningún tabú, razón por la cual se convirtió en una referente de la libertad sexual. Siguiendo esta línea, en 1992 publicó “Sex”, un polémico libro en el que recopiló sus fantasías sexuales junto a fotografías subidas de tono que estuvieron a cargo de Steven Meisel. En ellas, la artista se ve completamente desnuda caminando por la calle, a los besos con hombres y mujeres, entre distintas imágenes eróticas que sin precedente para la época.

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Con la imagen que compartió esta semana, Madonna demostró que más allá del paso del tiempo, sigue siendo la misma transgresora que en sus inicios. Claramente, su físico no es el mismo que tenía cuando daba sus primeros pasos como bailarina en Nueva York ni cuando conquistaba los charts de todo el mundo con “Like a Virgin”, pero detrás de la polémica selfie hay un mensaje claro: no hay edad ni un tipo de cuerpo para seguir mostrándose en libertad.

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