El próximo lunes 17 de octubre comenzará la nueva edición de "Gran Hermano". El reality más famoso regresa a la pantalla de Telefe, luego de dos temporadas en América, y esta vez con la conducción de Santiago del Moro, una de las grandes figuras del canal.

El formato será el mismo, pero con algunos pequeños cambios en las reglas. 18 participantes aún desconocidos intentarán llegar a la final y ganar el gran premio: 15 millones de pesos (poco más de 50 mil dólares si lo tomamos al valor del blue). Si querés comprobar la inflación de la Argentina, calculá que en las primeras dos ediciones, en 2001 y 2002, el premio fue de 200 mil pesos (claro que en ese entonces en dólares eran 200 mil en el primero -gracias a la convertibilidad- y casi 145 mil en el segundo -calculado a $ 1,40-).

Entonces tenemos 18 personas que durante semanas o meses tendrán un techo y comida, con muy pocas obligaciones. Estás son: cumplir con las reglas, participar de los juegos que propone la producción y, casi nada más. ¿Cuánto vale algo así en tiempos de crisis? Basta con ver lo que salen los alquileres, las expensas, las tarifas de agua, gas, luz, los gastos del supermercado… bueno, basta, ¡me deprimí! Voy a seguir con el tema de "GH".

Además de no tener gastos durante una buena parte de lo que queda del año y comienzos del 2023, los “Hermanitos”, cómo les decía Jorge Rial, tendrán otras ventajas económicas. De por sí el ganador se llevará el premio millonario, mientras que los otros tres finalistas también tendrán ganancias de menor valor. También recibirán una remuneración mensual, aunque en este caso no es tan importante, es más bien simbólica por entrar a la casa. Pero bueno viejo, ¡bastante que no pagan nada! Y encima piensen en lo que les da el programa: la posibilidad de tener una fama que hasta hoy no tienen. No todos terminarán siendo Silvina Luna o Ximena Capristo, para nombrar solo algunos de los que aún siguen trabajando en los medios, pero calculen que quizás entren con pocos seguidores en las redes y salgan como grandes influencers. Eso hoy cotiza en bolsa. Bueno, no tanto, pero sí, tiene un valor importante -si es que lo saben utilizar-.

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Claro que para disfrutar de los beneficios tienen que lograr que sus compañeros -adversarios- no los nominen. Y en ese caso, que la gente no los saque con su voto. Al revés de lo que pasa en la política, que los dirigentes le piden a la gente que sí los elija para entrar. Aunque en muchos casos es para lo mismo: su propio beneficio personal. Pero bueno, otra vez me fui de tema.

Hoy los participantes caminan entre nosotros, están en la calle, en los bares, en los negocios y no sabemos quiénes son. Pensá que quizás en poco tiempo habrá cronistas desesperados por hacerles notas, programas interesados en invitarlos y marcas dispuestas a pagarles cientos de miles de pesos por recomendar sus productos. Mirá si te cambiará la vida… Eso si, todo esto si el programa tiene buen rating.

Cómo le irá al programa es toda una incógnita. Si bien ya se hicieron nueve ediciones, hay que recordar que la última fue en 2016. Es decir que quizás existe un publico que lo extrañaba. También habrá que ver qué sucederá con los adolescentes que solo prenden la televisión para poner algún streaming o jugar a la play y que casi no saben lo que es "Gran Hermano". ¿Se sumarán como televidentes? Solo Dios sabe. Si mis hijos prenden la televisión para ver un programa de aire, ya será un milagro.

Pues bien, el plan “Gran Hermanear” comenzará en una semana. Los beneficiarios deberán presentarse en la sede de Martinez que a partir de ahora llamaremos “El estudio” o mejor dicho “La Casa”. Los que ya son famosos, y quedaron afuera de este beneficio, no se preocupen: en un par de semanas comenzarán las grabaciones de “El hotel de los famosos 2”, allí tendrán que trabajar un poquito, pero quédense tranquilos que también tendrán techo y comida para pasar el verano. Amén.