Desde el estreno de su primera temporada, el pasado 24 de marzo, "¿Quién mató a Sara?" cautivó al público con la cuota justa de misterio, acción y drama. Y solo bastaron dos días desde su lanzamiento para que Netflix anunciara la segunda entrega de la serie mexicana producida por Perro Azul y dirigida por David Ruiz y Bernardo de la Rosa. La historia se centra Alex Guzmán (Manolo Cardona), un hombre que pasó 18 años en prisión por un crimen que no cometió: el asesinato de su hermana Sara (Ximena Lamadrid). Y al recuperar su libertad, solo piensa en descubrir quién fue el culpable y por qué lo incriminaron injustamente.

A lo largo de diez episodios, su obsesión por conocer lo que realmente sucedió y encontrar pruebas para lograr que haya justicia, hará que Alex se vea involucrado en situaciones cada vez más peligrosas, en la que todos se convertirán en sospechosos. Sin embargo, no consigue destapar el misterio que hace tanto tiempo acecha a su familia. En la segunda temporada, el eje principal será la búsqueda de la verdad y la sed de venganza de Alex, quien descubrirá que no todo era como él recordaba.

Alex conocerá un costado desconocida de su hermana y mucho más oscuro de lo que estaba al tanto. Además, el cuerpo enterrado en el jardín de su casa representa una clara amenaza para volver a prisión, motivo por el que encara una segunda investigación para limpiar su nombre. “Esta temporada va a resolver muchas preguntas que tiene el público, van a entender otras, muchísimas, van a conocer la verdad detrás de mucha gente, incluyendo la de Sara, la de Álex, la de mucha gente que, que los va a sorprender”, adelantó Cardona en una entrevista con un medio mexicano. Y subrayó: “El reto más grande es que Álex se enfrentará a la verdad, eso va a cambiar muchas cosas, lo va a hacer replantearse y vamos a ver qué camino va a agarrar”.

Un detalle no menor es que la ficción creada por José Ignacio Valenzuela se grabó en plena pandemia, motivo por el cuál el equipo debió pasar por distintos lugares de grabación, como Ciudad de México, Guadalajara y Puebla, para poder seguir rodando dentro de los protocolos aprobados. Además, las dos temporadas se grabaron de manera consecutiva y con los primeros capítulos, el proyecto rompió el récord como la serie de Netflix de habla no inglesa más vista en Estados Unidos, con nada menos que 55 millones de espectadores.