OMINLos viernes y sábados a las 21 y los domingos a las 20:30, Jorge Suárez se sube al escenario del Metropolitan Sura junto a Gabriel "El Puma" Goity para protagonizar Lo escucho, una de las obras más exitosas del teatro francés. "Estamos muy contentos porque de a poquito comenzó a moverse la calle Corrientes de una manera sorprendente, es como volver a vivir. Estamos felices de volver despacito a la normalidad", destaca el artista que vuelve a calzarse el traje de psicoanalista, pero está vez no encarna a Sigmund Freud como hizo años atrás, sino que le toca ponerse en la piel de un profesional un tanto desprolijo que se enfrenta a una situación límite.

-Tenés trabajo en plena pandemia, encabezás un obra exitosa en la que volvés a compartir a escenario con El Puma, con quien compartiste otros proyectos, ¿es el combo perfecto?

-La verdad que sí. Voy a actuar con amigos. Con El Puma nos conocemos hace 40 años, somos amigos y colegas. El productor Pablo Kompel cree que somos una dupla fuerte para llevar adelante un proyecto teatral, ya hicimos El método Gronholm tres años con mucho éxito, inmediatamente hicimos Gorda por cinco añso y entre los dos espectáculos hicimos unas 1800 funciones. Es muchísimo. Nos conocemos mucho arriba del escenario porque podés ser amigo de una persona pero no necesariamente conocerse tanto en el trabajo. Sentimos felicidad y alivio de estar juntos porque sabemos que tenemos química, que el otro va a resolver, nos divertimos y la pasamos bárbaro.

-Se conocieron en el conservatorio, ¿imaginaban llegar adonde están hoy?

-Para ser muy poco humilde, debo decir que tanto él como yo y Julia Calvo, por ejemplo, que somos de la misma camada, estábamos convencidos de que íbamos a ser actores, de que teníamos ganas y no entendíamos otra manera de ser o de tener un oficio en esta vida. Estábamos muy convencidos y por eso siempre le digo a los jóvenes que persigan sus sueños con convicción, con trabajo y dedicación. Creo que uno puede llegar adonde tiene ganas que en este caso es tener un oficio, poder vivir de eso, poder darle de comer una familia, porque ser actor es una tarea leonina.

-También cuentan con el reconocimiento del público, que es algo que no se da en todas las profesiones.

-Es parte de la dieta (se ríe). No se pagan las expensas con eso pero se alegra mucho el corazón, hace mucho bien. Sentir que te entregaste arriba del escenario y, aparte de que ganaste tu pan de cada día, eso le hizo bien a alguien es algo hermoso.

Jorge Suárez: "Durante la cuarentena el cuerpo me empezó a pedir a gritos hacer teatro"

-Hacen una comedia, ¿cómo reciben las risas en un contexto tan dramático?

-Se vive mejor que en ningún otro lado, porque la comedia desdramatiza una situación. Por ejemplo, si dramatizara lo que pasa en ese consultorio sería imposible. Tomarlo para el lado de la comedia, tan disparatada y tan típica del vaudeville francés esa risa vale oro. En medio de una pandemia, con tantas cantidad de muertos, en la que todos hemos perdido algo, que el encierro dejó huellas y si pensamos en la situación económica en este país, una risa es oro en el aire.

-Decís que la obra es típica del teatro francés pero logran llegarla al ADN argentino que hace que el público se sienta identificado. 

-Sí, es muy loco lo que pasa. Generamos una química argenta que hace que todos piensen que les puede llegar a pasar lo que mostramos en la obra.

-Al ser Argentina el país con mayor cantidad de psicólogos por habitantes, ¿creés que eso también influye en la aceptación del público?

-Totalmente. De esto conozco mucho porque hice a Freud en La última sesión de Freud, es un drama tremendo que hice con Luis Machín durante un año y medio y ahí pude entender la relación de los argentinos con el psicoanálisis. Creo que nos caracterizamos por tratar de tener una larga conversación con nosotros mismos, a pesar de todo lo malo que dicen de nosotros. Tenemos cosas maravillosas como cinco premios Nobel, grandes deportistas que ganan medallas de todos los colores, artistas increíbles, hay mucha gente talentosa y tenemos que empezar a decir que somos brillantes, que tenemos con que. Necesitamos un mimo cada tanto, sino es vivir en una cierta depresión, que hace regodearse de todo lo malo y olvidarse de todo lo bueno. Estoy seguro de que hay mucha gente que lo hace y que por eso vamos a salir adelante.

-¿Vos te analizás?

-En este momento no, pero lo he hecho toda la vida. En eso soy muy argentino. Me interesa mucho la terapia porque es una manera de sacar hacia afuera en palabras lo que a veces cuesta reconocer. Es una larga conversación con uno mismo que no termina nunca, que debería seguir siempre y está bueno ir para conocerse un poco más.

Jorge Suárez: "Durante la cuarentena el cuerpo me empezó a pedir a gritos hacer teatro"

-¿Cómo viviste la pandemia?

-Los primeros meses me lo pasó viendo películas, series y disfrutando de mi esposa y mis hijos. Estábamos cómodos en casa y podíamos a acompañarnos, pero en un momento el cuerpo me empezó a pedir a gritos hacer teatro. Estoy tan impregnado de este oficio, que lo quiero, lo amo pero también lo necesito. Íbamos a estrenar la comedia el 25 de marzo de 2020 y no pudimos, recién lo hicimos el 6 de enero de 2021. Desde que empezó la cuarentena hasta que me convocaron para hacer un ciclo de pequeñas obras de entre 20 y 40 minutos, con dirección de Santiago Doria y me entusiasmé muchísimo. Ensayamos dos meses por Zoom y después fuimos diez días al Cervantes con todos los protocolos que te puedas imaginar y filmamos en el mes de noviembre una obra que se llama Puzzle. Fue maravilloso porque me salvó.

-¿En algún momento te desesperaste?

-Llegó un punto en el que la preocupación se instaló en la casa, porque perdimos a un ser muy querido por Covid-19. Mi suegra falleció en agosto y ahí empezamos a sentir la sensación de encierro, de preguntarnos hasta cuándo, cuándo iban a llegar las vacunas... No por reclamarle a alguien, pero eso de no tener un remedio que nos ayude a no morir era tremendo. Los científicos han hecho un trabajo extraordinario.

-¿Te vacunaste?

-Por suerte sí. Me di la primera dosis de la Sputnik y la segunda de la Moderna, que me dejó de cama, pero estoy más tranquilo porque estoy un poco más cubierto. Me expongo mucho al ir al teatro. El Puma se contagió y lo pasó muy tranquilo, pero  tuvimos que parar diez días. Nosotros tenemos los barbijos puestos hasta salir al escenario, hay un protocolo muy grande, se pusieron aires acondicionados especiales para que circule el aire.