Tras más de veinte años de relación, Joaquín Sabina y Jimena Coronado se casaron este lunes en el Registro Civil de la calle Pradillo, en Madrid. Entre los pocos invitados de la pareja se destacaron Joan Manuel Serrat y Fernando Grande-Marlaska, actual ministro del Interior español. Según publicaron los medios españoles, los novio llegaron luciendo atuendos informales y sus respectivas mascarillas para protegerse en plena pandemia.

Pero aunque la boda fue secreta, no sorprendió a los seguidores del cantautor, ya que a fines de 2019 Serrat había revelado que Sabina le había pedido matrimonio a Jimena de una manera muy romántica, cuando ella cumplió cincuenta años.

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Sabina y Coronado se conocieron en Lima, Perú, en 1994, cuando ella le sacó fotos para un reportaje en la revista “Somos”. El flechazo fue inmediato, pero como estaban en pareja no pasó nada más. Sin embargo, unos meses más tarde, el cantante recibió una carta de la fotógrafa, en la que le contaba que estaba soltera y como él estaba en la misma situación, apostaron a iniciar un romance.

Durante más de veinte años, Jimena se convirtió en una gran compañera para Joaquín, en lo personal como en lo profesional. De hecho, en febrero pasado, el artista tuvo que ser operado de un hematoma intracraneal, como consecuencia de una grave caída en el escenario, y ella fue fundamental en su recuperación al igual que Rocío y Carmela, las hijas de Sabina con su primer mujer, Isabel Oliart.

Ahora que el autor de “19 días y 500 noches” se encuentra en un óptimo estado de salud, la pareja decidió ponerle un broche de oro a su relación de más de dos décadas y celebrar el amor con su círculo más cercano.