No hay dudas de que a lo largo de sus casi setenta años de carrera, Raffaella Carrà se caracterizó por tener un espíritu transgresor, que la llevó a convertirse en una estrella de Italia, España y América Latina, pero también le trajo aparejados varios dolores de cabeza, ya que las letras de sus canciones solían tener contenido sexual y no era bien visto en su época. Y entre tantas trabas que quisieron ponerle a sus temas, se destaca la censura que sufrió por parte de la última dictadura argentina.

A fines de la década del setenta, la artista italiana brillaba con "Hay que venir al sur", la versión en español de "A far l’amore comincia tu". La canción, que se convirtió en uno de sus hits más icónicos se destaca por tener un ritmo festivo, que invita a bailar, pero también por una letra controversial para aquellos años. Por eso, para poder presentarse en la Argentina y no tener problemas, la artista tuvo que cambiar la línea que decía: "Para hacer bien el amor hay que venir al sur" por "Para enamorarse bien hay que venir al sur" y así suavizar un poco su mensaje.

Y en una entrevista que le dio a Jorge Guinzburg en 2005, durante una de sus últimas visitas a nuestro país, Raffaella recordó aquel episodio. "Cuando vine con la canción 'Para hacer bien el amor hay que venir al sur' hubo una censura y entonces se tenía que cantar 'Para enamorarse bien hay que venir al sur', pero afortunadamente han cambiado muchas cosas", destacó la cantante, actriz y conductora. Y destacó: "La censura me siguió un poco en la vida".

Porque más allá de los arreglos que le hizo al popular tema, esa no fue la primera vez que su trabajo fue desaprobado por el poder. A principios de la década del 70 fue muy criticada por el sector más conservador de Italia por presentarse en el programa "Canzonissima" con un vestuario que dejaba al descubierto su obligo. Y tiempo más tarde tuvo problemas con su canción "Tuca, Tuca" -que en español significa "Toca, toca"-. "Lo había cantado en un programa de televisión muy importante y me lo quisieron censurar, pero luego se dieron cuenta de que los niños lo bailaban en los colegios, con las monjas y entonces me dijeron: 'Sí, puedes cantarla'", le contó a Guinzburg.

Carrà nunca se dejó intimidar por las críticas y durante muchos años le siguió cantando al amor, a la libertad sexual y a la masturbación femenina, entre tantos otros temas controversiales. Sin embargo, en una entrevista que dio en 2011 reveló que solo una vez pudieron hacerla callar.  "Con una canción que se llama El presidente, que habla sobre una muchacha que está invitada a una gran fiesta con gente importante: banqueros, políticos... El presidente del gobierno le pide bailar con ella y ella acepta. Después, saluda a todo el mundo y se va, como una Cenicienta. A la mañana siguiente, en su casa, abre el periódico y ve que su presidente ha sido encarcelado. Esta canción tiene 34 años y nunca he podido cantarla en televisión. Siempre me dicen: 'Rafaella... no es el momento'. Un día, al final de mi carrera, antes de retirarme, la pienso cantar", declaró en diálogo con Vanity Fair.