A un año de su escandalosa salida de la versión teatral de "Casados con hijos", Érica Rivas dio una escandalosa versión sobre lo ocurrido en una entrevista con Página 12 y negó haber renunciado. "Quiero que quede claro, yo no me fui, yo quería hacer ese proyecto, a mí me echaron. Me sacaron de las fotos de promoción, de la marquesina del teatro que ya estaba lista. Y lo hicieron por whatsapp a la vez que hacían público un mail privado", declaró en referencia a los mensajes que salieron a la luz, en los que criticaba el guión por tener contenido machista.

Y apuntó contra sus excompañeros de trabajo: "Mirá lo que es el pacto de hombres, porque se lo mandé a hombres –los productores, los guionistas (Axel Kuschevatzky y Diego Alarcón) y el director (Guillermo Francella, también protagonista) eran todos hombres- después de haber hablado con todos y cada uno. Y eso no fue dicho. No tenía ningún aliado".

Además, contó que Francella la trató de "feminazi". "Me comí que el director me dijera feminazi, que estaba demasiado alterada. Y mi transpiración llegaba desde el cuello a los pies. Me decían, bueno, no te preocupes que nos ponemos el pañuelo. Pero es mucho más que eso", explicó la artista que acaba de un Premio Cóndor de plata por su papel en "Los Sonámbulos". Y dio detalles de su reacción: "Y lo que me salió fue decir: 'Mirá, estás equivocado. Yo te aconsejo que no lo digas nunca más. Esta palabra no la digas nunca más'. Eran reuniones con peces gordos. Producción, dirección, algunos diciéndome sí, tenés razón, claro. Y después me llega ese guión donde el único chiste es que una mujer no se depila".

También reconoció que el tono de sus mails era agresivo, pero que su objetivo era contar con una asesoría para mantener la esencia de su personaje, María Elena Fuseneco, sin desentonar con el contexto social.  "Ese mail lo mandé después de que me llegaran unos mini guiones para hacer avances por radio y la verdad es que no entiendo cómo a esta altura de la historia vamos a seguir riéndonos de los bigotes de una mujer. O más bien, te podrías reír pero ese no puede ser el remate del chiste porque ya no es gracioso, más bien podría ser gracioso que haya dinosaurios que se ríen de eso. María Elena no se quedaría nunca callada si le hablan de los bigotes, habría que seguirlo un poco más. Menos ahora", relató.