Luis Miguel tiene 41 años de carrera y para todas las que lo vimos crecer y seguimos su historia en la música desde que empezó a sonar en la Argentina allá por finales de la década del ’80, este regreso a los escenarios es emocionante. No sólo por los años de fanatismo, sino porque es lindo ver cómo ese cantante al que seguís hace tanto tiempo, se convierte en ídolo indiscutido.

Seguramente a muchas les pase como a mí y estén invadidas de recuerdos de infancia y adolescencia. En la década del ’90, Luismi empezó a sonar en todos lados, al menos en los que yo recuerdo: lo escuchábamos en el auto en viajes largos, sonaba en la pileta del club cuando empezaba a caer el sol, hasta en la playa ponían su música una y otra vez. Nadie lo discutía ni se quejaba, todos queríamos escucharlo. Por eso íbamos a las disquerías ni bien salía a la venta su nuevo álbum: en mí resuenan "Aries", "Romance", "Segundo Romance", sólo por nombrar algunos. Y claro, cómo olvidar cuando venía a visitarnos y nos preguntaba "¿cómo están esta noche?" en esos shows en Vélez, lleno de mujeres enloquecidas.

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Pocos le cantaron y le cantan al amor como él, pocos fueron artífices de tantas historias de amor. Musicalizó los lentos (que por ese entonces se bailaban), nos hizo emocionar con sus interpretaciones de las baladas más románticas y nos llevó a conocer un mundo en el que él fue y es el líder.

Tuve sus cassettes y CDs (porque en esa época se escuchaba así), tuve su remera, que me negaba a dejarla para pijama porque para mí era hermosa y merecía ser exhibida. Fui a verlo tantísimas veces como fan y después tuve la suerte de disfrutarlo como periodista. Lo bailé en los boliches, sonó en mi casamiento y se lo hice escuchar a mis hijas, así como cuando un padre le transmite la pasión por su equipo de fútbol a su hijo.

La foto de la remera

Siempre con esa lejanía, con ese misterio que solo él pudo conservar y alimentar. No por nada su serie fue el éxito arrollador de los últimos años. Todos queríamos saber un poco más y no sólo que contó muchísimo sobre su historia, sino que sus fanáticas empatizamos con sus dolores y toda una nueva generación entendió quién era este ídolo y por qué era tan amado en todo el mundo.

Sus canciones subieron la cantidad de reproducciones de a millones en Spotify. Las viejas seguidoras se reenamoraron, los nuevos fans se enloquecieron con su música y por eso ahora, a sus 53 años, es furor a donde sea que vaya.

Tal vez parezca que no soy objetiva porque además de periodista soy su fan. Pero sí tengo experiencia en shows, en llegadas de artistas internacionales al país. Y lo de Luismi fue y es una locura. Desde el día que se pusieron a la venta las entradas y colapsó todo, hasta la suma de más y más shows para llenar diez Movistar Arena.

Desde ese día, ¿quién no escuchó a alguien preguntar si consiguió entradas para ver a Luis Miguel? ¿Cuántos se quedaron afuera soñando con que vuelva al terminar este Tour 2023? Yo lo voy a ir a ver, me voy a acordar de sus cassettes, de su remera, de los viajes largos en auto. ¡Y prometo emocionarme!

Luis Miguel llegó sonriendo a la Argentina