En pleno boicot a Rusia, el Festival de Berlín se niega a prohibir películas por su origen
La guerra entre el país que gobierna Vladimir Putin y Ucrania divide al ambiente cultural europeo.
A partir de la invasión del gobierno de Vladimir Putin a Ucrania, el ambiente cultural ha decidido tomar duras medidas para condenar la guerra, motivo por el que las producciones rusas y sus trabajadores quedaron marginados de eventos importantes. A raíz de este boicot a Rusia, el Festival de Berlín emitió un comunicado para expresar su postura.
"La Berlinale condena enérgicamente la guerra de agresión de Rusia, que viola el derecho internacional, y expresa su solidaridad con el pueblo de Ucrania y todos aquellos que hacen campaña contra esta guerra. Nuestros pensamientos y condolencias están con las víctimas, la población que sufre y los millones de ucranianos que han huido", comienza la carta que difundieron en las redes sociales.
Y a diferencia del Festival de Cannes, el de Glasgow y el de Estocolmo, se niegan a prohibir películas o sus trabajadores por su origen. "Incluso frente a la criminal guerra de agresión rusa, no puede ser la intención excluir a los cineastas o trabajadores culturales de la Berlinale sobre la base de su nacionalidad, o aislarlos. Con demasiada frecuencia, son precisamente sus obras las que transmiten críticas a los respectivos regímenes. En consecuencia, la Berlinale toma una posición clara contra un boicot general de obras culturales sobre la base de su origen, ya que esto también suprimiría muchas voces críticas. Y el mundo necesita esas voces críticas", plantean los organizadores.
"Es un asunto diferente excluir a las instituciones estatales oficiales y, en este caso, a las instituciones o delegaciones rusas, así como a los actores de apoyo del régimen, de participar en la Berlinale mientras el gobierno ruso esté librando esta guerra cruel contra Ucrania", agregan. Y concluyen: "El Festival Internacional de Cine de Berlín espera un pronto final de la agresión rusa y la paz para Ucrania".
Además del boicot, gran parte de la industria cinematográfica europea decidió difundir obras dirigidas y/o producidas en Ucrania para difundir su cultura. "Lo más importante que podemos hacer en este momento es ayudar al público a aprender más sobre las películas que han salido de Ucrania en los últimos años, ya que hay mucha información falsa dando vueltas", manifestó Giorgio Gosetti, delegado general de la sección independiente Venice Days, y destacó que aunque es fácil expresar su solidaridad con Ucrania, dando un tratamiento especial a sus producciones culturales, no es tan sencillo colaborar en "términos más concretos".