Emilia Mazer, entre el teatro y la cuarentena: "El encierro fue desparejo y me dio una sensación de injusticia"
Feliz por el estreno de Quince días para hablar de amor, la obra que protagoniza en el Teatro Regina, la actriz cuenta cómo atravesó la pandemia, la falta de ficción nacional y su relación con las redes sociales.
Su nombre es sinónimo de teatro. A lo largo de más de treinta años de carrera, Emilia Mazer (56) hizo de todo. Cine, televisión, un reality show, pero sobre las tablas encontró su lugar en el mundo. Y luego de una buena temporada de verano en Villa Carlos Paz con El Test, que le valió el reconocimiento a Mejor Actriz en los Premios Carlos 2021, acaba de estrenar Quince días para hablar de amor en el Teatro Regina.
“Estoy muy contenta. Hablar de amor me parece está buena para que el público se relaje y porque creo que lo que queda es el amor. Es un tiempo para poder rescatar lo esencial, lo principal. Con todo lo que pasó necesitamos amor y tiempo para arreglar nuestros corazones”, manifiesta en diálogo con Noticias Argentinas la artista que se presentará todos los viernes a las 20:30, sábados a las 21:30 y los domingos a las 19:30 junto a Fabio Di Tomasso, Gonzalo Urtizberea, Edda Bustamante y Esteban Prol. Y aclara: “El teatro es parte del amor que tenemos que recuperar”.
-Volvés al teatro pero en el último año y medio no paraste de trabajar, ¿Cómo fue tu experiencia?
-Trabajé mucho. Di clases sin parar, en una etapa exclusivamente por Zoom y ahora sigo con esa modalidad con mis alumnos que viven en el interior o en otros países y con los demás volví a las clases presenciales. No tuve mucho tiempo para ver series en Netflix, estuve dedicada a mucho trabajo autogenerado, pero ahora estoy volviendo al escenario. Digamos que vuelvo, pero no de cero. El teatro no para, tenemos los cuidados incorporados. Es difícil pero no me gusta quejarme. Quiero hablar de la creación, de resurgir y de seguir.
-¿Cómo pasaste la pandemia?
-El encierro fue desparejo para todos. Esa es la parte que me resultó más dura cuando salí. Fue más duro salir que en el encierro en sí mismo, porque tener una adolescente en casa -su hija Umma- con todo lo que implica fue muy complicado con las clases online. Salir y darse cuenta que había gente que salía igual, que no había las mismas medidas en todo el país. Ver que todo era tan desparejo me dio una sensación de injusticia grande y me sentí una boluda. Pero por otro lado, fui una ciudadana más que obediente. Estuve realmente en cuarentena, no hacía trampa y traté de salir mejor y aprovechar el tiempo que generalmente me falta.
-Pudiste sacar cosas positivas.
-Sí, tener tiempo para mirar para adentro me hizo bien. En pocos momentos tuve angustia. Sí sufrí la alteración del sueño, dificultades orgánicas y un montón de cosas que tienen que ver con el encierro. Entonces aproveché mucho para meditar, para terminar de escribir una obra que voy a hacer en noviembre con Alejo García Pintos que se llama Un encuentro casual. Seguí haciendo cosas porque me parecía que era importante para la salud mental y como docente y coach contuve a mucha gente. Fue positivo para mí. Un día le dije a mi hija: “Me parece que vamos a tener nostalgia de la cuarentena”. Fue un tiempo en el que nos encontramos las dos como familia y tuvimos momentos de disfrute.
-También estuviste muy activa en las redes sociales. Y en una plataforma que se rige tanto por la imagen como Instagram sos de las pocas que se muestran sin filtro o en caso de usar uno, le avisa a sus seguidores.
-Lo hago porque después me ven ir a un ensayo con otra cara, yo quiero que sepan cuál es la mía (se ríe). ¿Sabés lo que pasa? Me siento bien conmigo. Tengo el cuerpo y la cara de una mujer de mi edad, no intento hacerme la pendeja pero me siento bien con mi edad. ¿Para qué me voy a poner un montón de cosas si después la gente me ve y se desilusiona? Prefiero que me vean como soy.
-¿Sos consciente de que no es algo muy frecuente en el medio?
-Sí, es que yo soy bastante poco actriz en mi forma de ser, porque la espontaneidad cotiza poco. Pareciera que uno tuviera que sostener cierta mentira y agrandar las cosas, exagerarlas y yo no soy correcta, pero en mí vas a encontrar coherencia porque siempre dije lo que pienso. Igualmente eso trae consecuencias.
-¿Cómo cuáles?
-Hay gente a la que le cae fatal si, por ejemplo, señalo algo sobre una escena que me parece que no está bien, que se puede mejorar. Puede no caer del todo bien, pero no voy con nada que sea de otra manera. Por lo menos sabés cuáles son mis cartas. Me resulta más fácil y así soy en mi Instagram. Por eso tengo casi 12 mil seguidores en lugar de dos millones.
-No es fácil mantenerse fiel a uno mismo, a veces por provocar la reacción de su público uno pierde los estribos.
-Totalmente. Es como en el escenario. El actor cuando empieza a escuchar muchas risas, se ceba y empieza a trabajar para esas risas. Yo aprendí a no creerle a todas las risas y lo llevo como un principio de vida, porque se pueden estar riendo por ironía, cinismo, porque estás haciendo el ridículo. En el escenario hay que saberlo manejar y en las redes también, porque es muy fácil perderse. En mi caso, nunca tuve ganas de ser famosa ni popular, quiero que me respeten por mi trabajo, no voy a hacer cualquier cosa para sumar seguidores. No me lo banco.
-En el último año hubo un boom de los realities, vos fuiste parte de Reality Reality en 2001¿Te convocaron para alguno de los que están en boga ahora?
-No me llamaron, pero lo respeto porque le dieron trabajo a mucha gente. No me gusta juzgar lo que hacen los colegas cuando hay necesidad de trabajar. Prostituirte porque sí me parece que no está bueno, hacer otro trabajo porque tenés que llevar el pan a tu casa es más que digno. Alguna vez no pude elegir y estuve en un reality y sufrí el cuestionamiento durante años, me la pasé dando explicaciones, pero tenía una familia que mantener... Lo que sí puedo decir es que fue injusto que no hubiera ficciones el último año y eso dejó sin trabajo a muchas personas, no solo a los que salen frente a las cámaras, sino a los técnicos, iluminadores, maquilladores, vestuaristas... la lista es larga.
-Más allá del teatro y tus clases, ¿Tenés otro proyecto?
-Sí, estoy grabando una serie para Disney de la que no puedo dar muchos detalles, pero estoy feliz porque volví a la ficción con un elenco hermoso. Ya se van a enterar.