Lola Bezerra fue a Socios del Espectáculo para contar cómo fueron los últimos días de vida de su mejor amiga, María Victoria De La Mota Claverie, la esposa del golfista argentino Emilio Domínguez, que falleció de dengue en San Luis y generó una gran conmoción en el mundo del golf en medio de la segunda ronda del Totalplay Championship at Atlas Country Club en Guadalajara, México.

“La salud de Victoria se deterioró con tal rapidez, que falleció mientras el Puma realizaba el viaje de más de 7.000 kilómetros de regreso a casa”, señaló el sitio oficial del PGA Tour Américas.

El "Puma" se encontraba en plena disputa del torneo cuando tuvo que regresar por las complicaciones en el cuadro de su esposa, quien finalmente murió a los 33 años, dejando dos hijos de 4 años y de 1 año.

"Hay mucha desinformación y ella estaba sola en Buenos Aires con sus hijos porque su familia está en San Luis. Viajó a San Luis sin los resultados", contó Lola Bezerra, quien nunca imaginó el terrible desenlace de la enfermedad que transitó su amiga.

Lola se había comunicado con "Vicky", como la llamaban sus amigos, y estaba al tanto de que se sentía mejor, por eso había decidido viajar para que sus familiares la ayudaran con sus hijos. Sin embargo, al bajarse del avión, dejó a sus hijos con la abuela y se desmayó. En una interpretación espiritual, Lola consideró que tal vez ella en el fondo sabía que no estaba bien y se ocupó de dejar a sus hijos en buenas manos.

Cuando la internaron ya estaba muy deshidratada y, al recibir los resultados de los análisis, pudieron comprobar que tenía las dos cepas del dengue, es decir, el tipo de dengue más peligroso y el que necesita más observación: requiere de mucho reposo, hidratación y chequeos médicos constantes, algo que sus médicos no le informaron a tiempo.

Con lágrimas en sus ojos, Bezerra le envió saludos a todos los familiares de María Victoria y aseguró que aún no puede creer cómo terminó todo. Lola es brasileña y tiene muchos familiares viviendo "en el foco del dengue": "Mi abuela, que vive en Brasil, tuvo dengue tres veces y tiene 80 años, allá es algo muy natural. Solo vacunan a los niños y hay repelentes. Por eso nunca me imaginé que la enfermedad de Vicky iba a terminar con ella muerta. Era una chica sana, de 33 años, con dos bebés".