El dolor de Matías Antico: "Me tortura pensar que mi abuela murió por Covid-19 creyendo que la abandonamos"
El periodista especializado en autos manifestó su dolor por la muerte de "La Yaya", quien falleció a los 92 años el 9 de julio de 2020.
Al igual que muchos argentinos, el periodista Matías Antico sufrió en carne propia las consecuencias de la pandemia, ya que el 9 de julio de 2020 "La Yaya", su abuela de 92 años, falleció tras contagiarse coronavirus, sin poder estar cerca de su familia. "La última vez que la vi fue en marzo, cuando inició la cuarentena, creyendo que no la iba a ver por unas semanas, pero no la vi nunca más. Ella se contagió de Covid-19 en el hogar de ancianos en el que estaba y murió en el mes de julio luego de 100 días sin verla", reveló el conductor de TN Autos.
En diálogo con Eduardo Feinmann y su equipo en Alguien tiene que decirlo, por Radio Rivadavia, manifestó su dolor: "Me tortura pensar que mi abuela murió por Covid-19 creyendo que la abandonamos". Además se refirió a la "Marcha de las piedras", que se llevó a cabo el pasado 16 de agosto en la Casa Rosada y la Quinta de Olivos, en la que familiares de las víctimas de la pandemia llevaron piedras con nombres de los fallecidos.
"Mis viejos llevaron la piedra con su nombre. Yo me tomé el subte y fui, y al ver la piedra se me revolvió todo", relató el periodista y aseguró que le resulta difícil hablar de un tema tan personal, pero que mucha gente se sintió identificada con su testimonio. "Es una historia muy triste, de una abuela que vivió acompañada de su familia que lo único que quería era ver a sus nietos y sus nietos, ya grandes, siempre iban a visitarla... Yo calculo que se habrá sentido abandonada durante 100 días una persona que dio todo por nosotros", enfatizó.
En referencia a la medida que tomó el Gobierno, de guardar las piedras en el Salón de los Patriotas de la Casa Rosada, Antico declaró que no entiende el accionar de las autoridades. "Yo no sé si el Gobierno tuvo buena intención o no al llevarse las piedras, pero supongo que fue innecesario", subrayó y planteó la necesidad de los familiares de visitar el lugar para homenajear a los muertos.
Por otra parte, el periodista contó que su esposa también contrajo el virus y pasó varios días internada en el Hospital Italiano. "Pensaba en mis hijos: dos chicos que se podían quedar sin la madre. Porque estadísticamente no estás en el grupo de riesgo pero puede haber un margen de error", señaló. Y concluyó, crítico: "Es una enfermedad maldita. Yo soy una hombre común que cumplió con todo y pedí mil veces permiso para ver a mi abuela y no pude. Es un dolor tremendo que compartimos muchas personas. No fue parejo para todos".