“El chavo del 8” cumple 50 años: internas y escándalos de un programa que marcó a generaciones de televidentes
El 20 de junio de 1971, Roberto Gómez Bolaños encarnó por primera vez al niño de ocho años que vivía en una vecindad y que rápidamente conquistó México y toda América Latina.
Hacía casi un año que Roberto Gómez Bolaños estaba al frente de “Chespirito”, un show televisivo que se emitía en Canal 8 de México, en el que hacía distintos sketches de humor, cuando el 20 de junio de 1971 salió al aire por primera vez “El chavo del 8”. Con unos pantalones beige gastados, una remera a rayas, tiradores naranjas mal colocados y un gorro verde cuadrille con visera y orejeras, el productor, actor y director mexicano presentó en sociedad al personaje que rápidamente cruzaría las fronteras y conquistaría a los televidentes de América Latina con sus ocurrencias y travesuras.
La idea era que el segmento estuviera destinado a un público adulto y que tanto el protagonista como los demás habitantes de la vecindad, representaran escenas de la vida cotidiana, con una trama atemporal, para que cada capítulo fuera independiente. Gómez Bolaños, que en ese entonces tenía 42 años, tomó algunos gestos de sus hijos para crear al entrañable personaje y armó un elenco de adultos, sin pensar que los niños serían los principales consumidores de la serie.
El éxito fue aumentando progresivamente. Lo que empezó como una partecita de un show humorístico, en 1973 se convirtió en un programa unitario, que semana a semana reunía las familias frente al televisor. Y aunque en 1980 dejó de emitirse en ese formato, la historia continuó hasta 1992 en su versión original, dentro del programa de "Chespirito".
Durante cinco décadas, con 290 episodios, el Chavo, la Chilindrina, Quico, el Señor Barrigas, Ñoño, Doña Florinda, Don Ramón, la Bruja del 71 y el Profesor Jirafales, entre tantos personajes que han pasado por la vecindad, se convirtieron en una pieza fundamental de miles de infancias y marcaron a generaciones de televidentes. Pero más allá de las emociones y el entretenimiento que brindó la tira durante tantos años, el proyecto que parecía 100% blanco, se vio envuelto en más de un escándalo y peleas entre sus protagonistas.
En 1978, luego de varios años de tensión con Chespirito -apodo que recibió Gómez Bolaños por ser como Shakespeare pero más pequeño-, Carlos Villagrán, quien interpretaba a Quico en la serie, decidió abandonar el proyecto. Y aunque en un principio tuvo el visto bueno del creador, que lo autorizó para seguir interpretando al niño malcriado y cachetón, la calma no duró mucho y terminaron enfrentados ante la Justicia por los derechos del personaje y Goméz Bolaños salió favorecido.
Pero el conflicto no quedó ahí. Sino que a décadas de su salida y aun después de la muerte de Chespirito, Villagrán sigue sosteniendo que los problemas entre ellos surgieron por los celos del autor. "El programa tenía una popularidad total y absoluta. Hacíamos giras e íbamos a muchos países con sus conferencias de prensa, todo lleno de micrófonos y grabadores. Pero el 70 por ciento de las preguntas eran para Quico, porque estaba de moda. Entonces se empezó a despertar un poquito la ira, el egoísmo, el celo profesional y artístico. Poco a poco fue trepando más Quico en popularidad que el Chavo, y me sacaron del programa", contó el actor en una entrevista con “La Peña de Morfi”.
Y también relacionó a Gómez Bolaños con el narcotraficante colombiano Pablo Escobar Graviria. ¿Qué pasó? Según relató el actor en más de una oportunidad, estaba de gira en Medellín con el resto del elenco, y lo fueron a visitar al hotel para ofrecerle hasta un millón de dólares a cambio de que se presentara en el cumpleaños de la hija del narco, pero se negó porque le daba miedo. Pero años más tarde, ya fuera del proyecto se enteró que la producción sí accedió a trabajar para Escobar. “Tengo ese orgullo de decir no fui, pero sí fue Roberto”, deslizó el actor.
Otro actor con el que Gómez Bolaños tuvo algunos chispazos fue Ramón Valdés, quien le daba a vida a Don Ramón y participaba de otros programas de "Chespirito", pero en 1979 se cansó y presentó su renuncia. Hay versiones que aseguran que se debía a que quería un aumento de salario, otras que lo hacía para respaldar a Villagrán e incluso se dijo que quiso salir del proyecto porque le molestaba la actitud de Florinda Meza, quien le hacía notar que estaba en pareja con Chespirito y que tenía poder dentro del set. Sin embargo, dos años más tarde Valdés regresó al programa. Y a fines de 1981 se alejó definitivamente de Gómez Bolaños para trabajar en distintos proyectos con Quico como protagonista. Lo hizo mientras su salud se lo permitió, ya que en 1988 falleció a raíz de un cáncer de estómago.
María Antonieta de las Nievas, quien se hizo conocida mundialmente por interpretar a la Chilindrina, también estuvo peleada durante más de una década con Gómez Bolaños por los derechos de su personaje. “¿Quién es más dueño de un personaje, el que lo creó físicamente, cómo hablar, cómo reír, cómo vestirse, porque los vestidos me los hacía mi mamá, o la persona que le puso el nombre?”, manifestó la actriz, quien le ganó una demanda a su compañero, quien nunca quiso hablar públicamente del conflicto.
Y como en toda historia exitosa, siempre tiene que haber una cuota de amor, que en el plano real lo aportó Florinda Meza. La actriz que le dio vida a Doña Florinda vivió un intenso romance con el creador de la serie y se convirtió en su compañera hasta el final de su vida, en 2018. Sin embargo, el vínculo generó muchas controversias. Por un lado, porque Gómez Bolaños venía de separarse de Graciela Fernández, con quien tuvo seis hijos, y la actriz fue tildada de rompehogares. “No soy una roba maridos. Él tenía problemas con su matrimonio y era bien conocido por sus infidelidades”, manifestó. Pero además, se rumoreaba que Meza ejercía cierto poder en las grabaciones que incomodaba a sus compañeros.
Y aunque la mayor parte de los problemas se dieron por una guerra de egos, en 2020, tanto “El chavo del 8”, como el resto de los exitosos programas que creó Chespirito, dejaron de emitirse abruptamente en más de veinte países, entre los que se destaca Argentina. El Grupo Televisa, que tiene los derechos de las transmisiones, y Grupo Chespirito, a quien le pertenece la licencia de la explotación comercial de los personajes, no llegaron a un acuerdo para que los programas siguieran en pantalla.
"Aunque tristes por la decisión, mi familia y yo esperamos que pronto esté Chespirito en las pantallas del mundo. Seguiremos insistiendo, y estoy seguro que lo lograremos", escribió en sus redes Roberto Gómez Fernández, hijo de Chespirito y director de la productora, disconforme con cómo se dieron las cosas.
Mientras que Graciela, otra de las hijas del ídolo, disparó con munición pesada. “Es una pena que quien más se benefició de los programas de 'Chespirito' hoy afirmen que ya no valen nada. A sus hijos nos dejó su cultura, su amor, su ejemplo, su estilo... Esa riqueza no se puede cuantificar. Los intereses económicos no están en la familia”.
Florinda Meza también se manifestó públicamente: "¿Qué opino de que se deje de transmitir el programa Chespirito? Aunque no tengo nada que ver porque inexplicablemente no he sido convocada a las negociaciones, creo que justo ahora, cuando el mundo más necesita diversión, hacer eso es una agresión hacia la gente".
E hizo un fuerte descargo en contra de Televisa. “Es triste comprobar cómo en tu propia casa, a la que le has dado millones de dólares, es dónde menos te valoran”, afirmó. Y agregó: “Nunca pensé que me llegara a suceder, pero por primera vez encuentro una razón para decir ¡qué bueno que mi Rober no está en este mundo! Este acto incomprensible patea su recuerdo y lo que él más respetó: al público”.
A casi un año de aquel conflicto, en los últimos días trascendió que Grupo Chespirito se habría unido a Disney para lanzar una remake de “El chavo del 8”, esta vez protagonizada por niños. Y así, seguirá girando la rueda y las nuevas generaciones disfrutarán del proyecto que creó Gómez Bolaños hace cincuenta años.