Por Belén Canonico

La pandemia la obligó a reinventarse. Y tras cuarenta años de carrera como actriz, cantante y conductora, Claribel Medina (58) descubrió un mundo nuevo para desplegar su profesión: el teatro vía streaming. Esta noche estrena “Mujeres en cuarentena” junto a Viviana Sáez y María Rojí, con la dirección de Pablo Razuk, Osvaldo Laport y Fabricio Origlio. “No lo hago por dinero. Lo hago por el placer de hacer lo que me gusta y llevar alegría al público”, explica la puertoriqueña con entusiasmo y asegura que aunque es consciente que su rubro es uno de los más golpeados económicamente, piensa en positivo: “La situación de los artistas es preocupante y triste pero confío que en algún momento va a estar todo bien… mientras tanto, nos reinventamos”.

-¿Alguna vez pensaste que ibas a hacer una obra por streaming?

-Nunca, nunca, nunca. Y debo decir que la experiencia ha sido maravillosa pero muy difícil porque en mi caso, cada director eligió la forma en que quería presentar su escena y a mí me tocó un plano secuencia en su totalidad, y si tenía algún error debía repetir todo el monólogo. Fue muy interesante hacerlo.

-¿Cómo estás viviendo la cuarentena?

-Como puedo, sinceramente. Porque creo que uno ha pasado por todos los estados: estar hiperkinética como estar en absoluto silencio; ponerme creativa como querer no saber nada. La música siempre me acompaña y siempre estoy estudiando porque junto al cuidado de las plantas me da paz y felicidad pero he tenido momentos en los que no sabía qué más hacer. No sabía cómo reinventarme y pasar mi día, pero entiendo que es una responsabilidad cuidarme y cuidar a los demás. Cuando salgo a hacer las compras ayudo a algunas vecinas que son pacientes de riesgo y me hace sentir bien.

-¿Con quién estás pasando estos días?

-Con mi pareja -el músico Gustavo Quintero-. Nos hacemos compañía en este proceso, aunque hay días en los que cada uno está en la suya y no nos damos bola. Estamos juntos hace cuatro años y hace dos que convivimos.

-Estabas acostumbrada a salir de gira por tu trabajo y pasar poco tiempo en tu casa, ¿te costó acostumbrarte a esta realidad?

-Sí, para mí era normal irme de gira un jueves y volver el lunes al mediodía. Cambió mucho nuestra rutina, por eso con mi compañero nos sentamos y dijimos: “Nada de lo que pase es personal”, para entender que podemos bajonearnos o ponernos de mal humor por este contexto. Igualmente compartimos muchas cosas. Gustavo me ayudó mucho en el proceso creativo para armar la escenografía de “Mujeres en cuarentena”

-Recién hablaste de tu responsabilidad de hacer reír al público, ¿aumentó por el contexto que estamos viviendo?

-No, creo que es algo que asumí desde que empecé a trabajar como actriz. Llevar alegría, música, sacar una sonrisa, que la gente se sienta acompañada creo que es una consecuencia de lo apasionada que soy con el arte.

-El año pasado hiciste pública tu lucha contra tu adicción con el alcohol, ¿tuvo que ver con esta responsabilidad social?

-No, nunca fui consciente de eso. El tema salió naturalmente, no pensaba contarlo en televisión y tampoco pensaba en qué podía ayudar a un montón de gente. Creo que cada cual tiene sus problemas y no le suman a la carrera de uno, todo lo contraría, pero a mí se me escapó. A raíz de eso me empezó a escribir gente que estaba pasando lo mismo, que se sentía acompañada y ahí sentí que al haberlo contado públicamente fue una manera de devolver el agradecimiento a la gente que a mí me ayudó. Para mí lo más importante era que la gente entendiera que la adicción no es algo para avergonzarse, es algo para hacerse cargo y actuar.

-¿Seguís en tratamiento?

-Formo parte de una red mundial en la que nos comunicamos diariamente. Empezamos el día con una reflexión, para arrancar con buena onda y acompañarnos no necesariamente en la adicción, sino si tenemos un mal día. Está buenísimo. A mí personalmente no me cambió la vida hacer pública mi lucha porque ya estaba muy bien encaminada cuando lo conté y por suerte, estoy muy bien.