Sin miedo a explorar sus inquietudes, en más de 30 años de carrera, Carolina Peleritti transito el medio artístico y de los medios desde distintos lugares. Comenzó como modelo cuando todavía era adolescente; se formó como actriz con grandes referentes como Norman Briski, Julio Chávez y tuvo un recorrido envidiable en teatro, televisión y cine. Y cuando parecía que ya había conquistado todo lo que estaba a su alcance, se propuso dejar de esconderse detrás de sus personajes y mostrarse en cuerpo y alma a partir de su faceta como cantante folklórica.

Si bien nunca dejó del todo la actuación, su música le ocupaba la mayor parte de su tiempo. Y en el momento menos esperado, en plena pandemia de Covid-19, recibió una propuesta inesperada que marcó su regreso sobre las tablas. Luego de un intenso proceso de ensayos, la artista acaba de estrenar Closer, una nueva adaptación de la pieza teatral creada por Patrick Marber a cargo de Federico González del Pino y Fernando Masllorens, en la que encarna a Anna, una fotógrafa que se ve enredada en sus vínculos amorosos. De miércoles a domingos, Carolina sale a escena en el Multiteatro Comafi junto a Sofía Gala Castiglione, Juan Gil Navarro y Gonzalo Valenzuela. "Viví el estreno con adrenalina y la sensación de que ya empezamos. Veníamos haciendo ensayos generales y empezar con el público es lo más alucinante que tiene el teatro", señala con entusiasmo en una mano a mano con Noticias Argentinas.

-Nunca te alejaste de los escenarios, pero comenzaste a transitarlos de otra manera con tu música, ¿tiene un significado especial volver a actuar en teatro?

-Para mí es venir de otro lugar, pero a la vez es integrar. Creo que siempre, cuando uno está transitando diferentes espacios escénicos, como me pasa con la música, es muy potente lo que pasa. Hoy me toca interpretar un texto que es una joya y es como dar una vuelta en un espiral ascendente y evolutivo, integrando todas las partes. No soy la misma de hace un tiempo, que por ahí hacía teatro y después vino la música. Hoy puedo integrar todas las cosas que yo hago, no hay una separación en eso, no hay una cosa fragmentada.

-Es un planteo interesante, te plantás como una artista integral.

-Sí, muchas veces te preguntan si sos esto o lo otro y yo soy todo. Para mí es una forma de aceptarlo, agradecerlo y unirlo.

-Sin embargo el medio tiende a tener la necesidad de encasillar a quienes lo integran. En tu caso empezaste como modelo, pasaste por la actuación y después llegaste a la música, ¿te costó demostrar que podés hacer todo?

-Hago un proceso muy personal y me dedico mucho a lo que me gusta. Cuando me enfoco en la música, lo hago profundamente y no hago todo al mismo tiempo; le doy al espacio. Sobre todo cuando uno necesita de esa semilla que empieza a crecer, dedicarle tiempo y energía. La verdad es que no tengo esa sensación de encasillamiento, porque siempre que me quisieron encasillar, me corrí. No tiene que ver con una rebeldía, sino con un proceso personal, de vida, sobre cuáles son mis inquietudes en la vida.

-¿Tenías ganas de hacer teatro o te sorprendió la propuesta?

-Me sorprendió. Estaba con la música, no tenía en planes hacer teatro, pero me llamaron en febrero y lo tomé como una posibilidad, una oportunidad muy grande de poder volver a Buenos Aires, porque en este tiempo de pandemia estuvo moviéndome bastante. Me gusta estar acá y transitar esta obra con estos compañeros en el teatro. Y al mismo tiempo, estoy trabajando en la puesta en escena de un show que presentaré en algún momento del año. Por eso para mí el objetivo es integrar y estar en este momento aquí donde estoy.