Carla Pandolfi: "Las críticas a Granizo que surgieron en las redes fueron un abuso"
La cordobesa acompaña a Suar y Peretti en teatro y forma parte del elenco de la película protagonizada por Guillermo Francella, que a pesar de ser una de las más vistas de Netflix, recibió muchos comentarios negativos.
Carla Pandolfi dejó su Córdoba natal a principios de los 2000 en busca de su destino como actriz en Buenos Aires. Y a más de 20 años de su gran hazaña, en la que se sumergió en la "Ciudad de la furia", saborea los frutos de todo lo que ha cosechado. De jueves a domingo se sube al escenario de El Nacional para acompañar a Diego Peretti y Adrián Suar en Inmaduros, la obra más vista de toda la temporada; y forma parte de dos nuevas producciones de Netflix: Casi feliz y Granizo, que rápidamente se posicionó como una de las películas más elegidas por los usuarios.
"En esta profesión a veces ocurren estas coincidencias y te ponen un poquito más a la luz. Estoy agradecida por el trabajo y por la gran audiencia que tienen los proyectos, que es algo que no pasa siempre", comenta con entusiasmo en un mano a mano con Noticias Argentinas. Y como si esto fuera poco, se prepara para el inminente estreno de Diario de un gigoló, una serie creada por Sebastián Ortega para Telemundo que también estará disponible en la plataforma de streaming.
-Inmaduros es una obra que comenzó a gestarse mucho tiempo antes de su estreno y que tuvo que varias postergaciones a raíz de la pandemia, ¿cómo viviste que finalmente pudieran estrenar y con tanto éxito desde el principio?
-Siento que estoy en un lugar muy privilegiado al trabajar con excelentes profesionales, buenos compañeros. Suar y Peretti hacer una gran dupla, con una química particular y a la vez generan un espacio de aprendizaje, porque tienen mucho oficio. Más allá del espectáculo, en cada trabajo me gusta analizar qué puedo aprender, el intercambio con el otro, transitar lugares que en otro momento no me tocaron. Para mí, es como sacarse la lotería. Imaginate que hice la audición en diciembre de 2019 y como tuvimos tantos preestrenos, pudimos pulir la obra y hacer las modificaciones necesarias para que tenga el punchi que tiene que tener.
-Integrás el elenco femenino junto a Pata Etchegoyen, Jessica Abouchain y Fernanda Metilli, ¿cómo se integran siendo todas tan diferentes?
-Es genial. Todas somos muy distintas y esa elección tiene mucho que ver con los personajes que interpretamos. Cada uno tiene su recorrido diferente al de las demás y eso está buenísimo. Siempre decimos que es un elenco muy diverso, que venimos de trayectos muy diferentes y hay muy buena onda para que el proyecto salga adelante. Además, somos con un relojito, la obra va rapidísimo y muy bien. Logramos salir a escena con la obra muy aceitada, algo que es muy difícil en el teatro comercial, ya que generalmente se da sobre la marcha.
-Hace poco los fue a ver Lionel Messi, ¿cómo viviste su visita desde el escenario?
-Hubo un nervio especial, pero en ningún momento perdimos el norte. Hacer reír una gente no es una tarea sencilla y que en un momento como el que estamos viviendo, que venga una figura como Messi y se ría a la par del resto del público fue muy emocionante.
-¿Sabían que iba a ir?
-La producción nos avisó 15 minutos antes de salir a hacer esa función. No tuvimos tiempo para asimilarlo, pero estuvo muy bien manejado todo: desde las decisiones que tomó la producción a como se dio todo lo demás. Uno sueña cosas, pero conocerlo a él fue algo que nunca me hubiera imaginado tenerlo, abrazarlo, decirle que lo amo (se ríe). Dentro y fuera de la cancha se nota que es una persona encantadora. Si bien estábamos muy concentrados en hacer lo nuestro, fue hermoso tenerlo ahí. Muchos se quejaron porque no podía estar tranquilo, pero era imposible. Se merecía una presentación especial como la que le hizo Adrián y el público no lo podía creer.
-¿Fuiste más cholula con Messi que con Susana Giménez y Mirtha Legrand, que también fueron a ver la orba?
-Sí, porque tengo hijos de 7 y 4 años. El más grande es fanático del fútbol y todo el tiempo pensaba: "Cuando llegue a casa y le cuente esto, no lo va a poder creer". Fue único. Mirtha y Susana mueven otra especia de fanatismo y admiración y es más probabilidades de cruzarlas en calle Corrientes que a Messi, que vive en París.
-Formás parte de Granizo, de Marcos Carnevale, y más allá de que se convirtió en una de las producciones más vistas en más de 30 países, recibió muchas críticas. Siendo cordobesa, ¿cómo te tomaste las quejas ante la tonada de los personajes de esa provincia?
- Soy de un pueblo de Córdoba que se llama Leones, donde no tenemos tonada. Yo la compongo para Inmaduros, porque la tengo cercana al oído, he vivido en Córdoba capital y lo hago porque soy actriz. Creo que las críticas a Granizo que surgieron en las redes fueron un abuso. Es una exageración porque detrás hay actores y actrices que se prepararon, se formaron y no están improvisando. Si un director eligió a una actriz que no es cordobesa, tendrá sus motivos y son válidos. Te puede parecer mejor o peor, pero es algo más. Está buenísimo que una película que se filma en Córdoba tome algunos de los regionalismos que tenemos, porque es verdad que en Capital hay un cierto reparo con las personas que somos del interior, como si el acento porteño te garantizara una mayor apertura de tu trabajo. Por ejemplo, yo me preparé para hacer una serie en neutro.
-La crítica suele ser que las ficciones más populares son porteño céntricas.
-Totalmente. Y cuando quieren meter otro acento, salen las críticas. Entiendo cuando preguntan por qué no contrataron actores cordobeses y a veces se puede y otras, no. No es fácil hacer el laburo que hizo Romina Fernandes (N. de la R: la actriz que interpreta a Carla, la hija de Francella en la ficción). Cuando empecé, me quejaba porque siempre trabajaban los mismos actores, pero después me di cuenta que no es algo que sucede porque sí, que depende de muchos factores. Me parece que la crítica tiene que ser desde lo que a vos te pasa con la obra artística, cuando te metés en bardear... ¡me parece un montón! Es mediocre y facilista.
-¿Te costó superar estos prejuicios con el medio?
-Me vine a Buenos Aires muy chica, sin ningún contacto en los medios. Siempre fui muy autodidacta y por desconocimiento, tenía prejuicios. Con el paso del tiempo empecé a entender otras cosas y, por ende, pude trabajar en otros lugares. Yo creo que mi carrera es consecuente y es mi gran valor.
-Más allá de lo que has hecho en televisión, teatro y cine, tenés un gran recorrido en el ámbito publicitario. Cuando te instalaste en Buenos Aires, ¿esperabas empezar así tu carrera?
-Siempre quise hacer cine y televisión, pero la publicidad fue mi lugar en el que pude empezar a foguearme con la audiovisual. Me abrió un camino para sostenerme económicamente lejos de mi casa, sin depender de otros trabajos; generar contactos. Siempre supe que podía sostener personajes dramáticos y cortos, pero sentía que las publicidades me quedaban cortas. Con la práctica comenzó a comprender el registro, porque todo es cuestión de pruebas y errores. Yo estaba convencida que si me quedaba en Buenos Aires, era para trabajar de actriz. Uno tiene un ideal de hacer lo que hacen otros actores en las novelas, pero cuando estás en un set no es tan sencillo. La preparación y la experiencia son fundamentales.
-Formás parte del elenco de Diario de un gigoló, la nueva ficción de Sebastián Ortega que próximamente se va a estrenar en Netflix, ¿podés adelantar algo?
-Tengo muchas expectativas con este proyecto. Todavía no vi nada y no sé cómo quedó. Me daba dudas hablar en neutro, pero actoralmente te permite actuar de otra manera y eso me encantó. Creo que le va a ir muy bien porque hay que descubrir un asesinato. Es un policial con algunas cosas de telenovela. Se grabó en la Argentina durante los últimos meses de 2021. Vinieron muchos actores de España, México, Venezuela y se dio una mezcla muy interesante. Además, las plataformas de streaming le dan una proyección internacional que es muy interesante.