Brigitte Bardot explicó los motivos por los que no se vacunará contra el Covid-19 y generó polémica
La actriz de 87 años se manifestó en contra de las medidas recomendadas por el gobierno francés y aseguró que es "alérgica a los químicos".
A los 87 años, Brigitte Bardot enfrenta una nueva polémica por su opinión sobre la pandemia. Frente a las medidas que tomó el gobierno francés ante una nueva ola de contagios de Covid-19 y la expansión de la variante Ómicron, la actriz aseguró que no recibirá la vacuna contra el virus porque es "alérgica a todos los productos químicos".
Como si fuera poco, la protagonista de Y Dios creó a la mujer (1957) reveló que no es la primera vez que no cumple con el esquema de vacunación recomendado por las autoridades, ya que años atrás no quiso inocularse contra la fiebre amarilla y para poder entrar a África, consiguió un certificado adulterado. "Mi médico de entonces me redactó un certificado falso. Fui y volví en plena forma", declaró en una entrevista con la revista Gala.
Además, contó que que sufre una doble artrosis de cadera, por la que tiene que usar muletas, pero que más allá de sus problemas de salud se siente bien. "Obviamente tengo 87 años, pero no los aparento. No tengo canas, estoy muy delgada", manifestó. Y agregó: "Si me pones una rumba, un cha-cha-chá, a los Gipsy Kings o algo de flamenco, tengo unas ganas de moverme...".
En enero de 2021, Bardot estuvo en el ojo de la tormenta tras declarar públicamente que el Covid-19 era "algo bueno", porque a su criterio, se trataba de "una especie de autorregulación de una superpoblación que no somos capaces de controlar". También señaló que con la muerte de 5 mil millones de personas, la naturaleza podría "recuperar sus derechos" y que no estaba asustada ni necesitaba protegerse porque estaba recluida en su mansión de Saint Tropez, donde no veía a nadie.
Por otra parte, en los últimos años ha recibido varias multas por hacer declaraciones discriminatorias y racistas, pero no se amedrenta y en más de una oportunidad declaró que seguirá diciendo lo que piensa, más allá de las consecuencias. Sin ir más lejos, en noviembre pasado tuvo que pagar 20 mil euros por decir que los habitantes de la isla francesa de La Reunión "han conservado sus genes salvajes" y que tenían reminiscencias del canibalismo en su cultura que "había que prohibir".
Dentro de su familia, las cosas no son muy distintas, ya que su hijo Nicholas, fruto de su matrimonio con Jacques Charrier, cortó toda clase de vínculo con ella luego de que no accediera a quitar del libros de sus memorias detalles de su vida.