Keila Sosa sufrió un ataque de ansiedad, a cuatro días de haber entrado a la casa de Gran Hermano y sus compañeras intentaron ayudarla al darle consejos para que pueda controlar su respiración.

“Pensá en cinco cosas que puedas escuchar, cinco cosas que puedas ver, cinco cosas que puedas oler. Concentrate en eso, te quedás pensando en eso, y respirando”, le dijo una de las chicas para que se tranquilizara.

Pero Keila seguía llorando y reconoció que nunca había tenido un ataque así de grave: “Me había dado una vez, pero nunca tan fuerte y no podía respirar. No sé qué me pasó”.

“Es muy fuerte todo”, le dijo Delfina, pero ella siguió quejándose por su malestar: “Pero voy cuatro días, bolu”. “Bueno, qué fuerte. Son tus sentimientos, no tiene nada que ver el tiempo”, la consoló su compañera.

Cómo empezó el malestar de Keila

El mal momento que vivió Keila en Gran Hermano fue como consecuencia de un comentario que le hizo Renato, otro de los jugadores del reality. “Preocupate que no estés en placa porque es una semana más sin tu abuela, que la dejaste sola”, le dijo para herirla, y lo logró.

“Me vine sola para no angustiar a nadie. Me agarró un ataque de ansiedad", explicó Keila a sus compañeras que rápidamente se acercaron para ayudarla.