Vivimos 2022 casi como un año de transición, después de dos años largos de aislamiento y pandemia. El mundo cambió y nosotros con él, y esto tuvo su impacto natural en la vida de las organizaciones, que hoy se enfrentan al desafío de construir nuevos consensos sobre las evoluciones y aprendizajes que dejó el pasado reciente, impactando la forma de trabajar, producir bienes o brindar servicios.

El debate está abierto y se desarrolla en tiempo real forzando a las compañías y a sus líderes a adoptar actitudes y prácticas más versátiles, creativas y conectadas con el entorno, a veces en modo prueba y error, en un esfuerzo por mantenerse competitivas y atraer a los mejores talentos para enfrentar el mundo que viene. Es un contexto rico, pero también atravesado por la incertidumbre.

Parte de las transformaciones y tensiones que hoy toca atravesar tienen que ver con el modo en que la modalidad de trabajo se está reconfigurando y cómo integrar nuevas formas y nuevos hábitos que nacieron en la pandemia y que para una parte significativa de los colaboradores son sencillamente una "nueva normalidad".

A partir de estas inquietudes, desde IDEA Joven junto con el área de Relevamientos de IDEA impulsamos el estudio "La visión de los/las jóvenes en la nueva normalidad laboral" (1), entre jóvenes menores de 40 años trabajando en empresas grandes y pequeñas del país, buscando expresar su visión sobre el tema a fin de contribuir a este debate y la toma de decisiones en las organizaciones con números y una dimensión más concreta sobre sus preferencias.

IDEA Joven es el espacio destinado a profesionales sub-40 pertenecientes a empresas socias de IDEA cuyo objetivo es potenciar el desarrollo profesional y colaborar en el proceso de formación de las futuras generaciones de líderes, con una visión de desarrollo de nuestro país. Entendemos que espacios como éste propician la construcción en conjunto con otros, desde un lugar de respeto, diálogo y diversidad.

Con más de 400 participantes, encontramos que casi la mitad de los encuestados (47%) respalda la modalidad híbrida de trabajo en un esquema que respete la posibilidad de cada equipo de gestionar y acordar la frecuencia y esquema más adecuado a sus tareas y dinámicas. Opciones también híbridas, pero bajo formatos más estructurados o prefijados –por ejemplo, modalidades 3x2 o 4x1 u otras uniformes para toda la organización– casi no recibieron
respuestas. Esto nos permite inferir que los equipos aprecian y necesitan esquemas más plásticos y libertad para poder llegar acuerdos que contemplen el mejor balance entre las tareas y objetivos laborales y las rutinas de la vida personal.

Puesto en un contexto más amplio, este dato se complementa con el hecho que la flexibilidad fue señalado por los encuestados como el atributo más importante, fuera de la remuneración, a la hora de permanecer o rotar de compañía. Por lo tanto, ya no es considerada un beneficio sino una forma de trabajo que marca un diferencial competitivo para las empresas al hacerlas más atractivas para trabajar, distinguiéndolas de otras y de su competencia.

En esta misma línea, frente a la pregunta sobre qué instancias justifican a presencialidad, claramente las respuestas giran en torno a los momentos de relacionamiento con pares y colegas, pero también jefes, proveedores, clientes u otros, donde las experiencia de intercambio cara a cara siguen siendo las más difíciles de sostener en virtualidad.

El relevamiento dejó también trazados algunos puntos sobre los cuales seguir indagando y que sugieren que todavía no es tiempo de abandonar la actitud de escucha y oído en tierra. En particular se identificó un núcleo duro del 45% de participantes que indicó su preferencia por la modalidad virtual exclusiva y un 37% para quienes ninguna instancia amerita la presencialidad, plantando un desafío a los líderes y las organizaciones sobre cómo desarrollar la cultura, sostener la motivación, fomentar la integración, la cooperación y entornos más colaborativos de trabajo.

Con esta información, buscamos hacer un aporte a una toma de decisiones basada en datos sobre una realidad que está viva y en movimiento. La respuesta correcta, si la hay, será la que haga más sentido a la organización conforme a su perfil de negocio y su cultura y la que se construya en consenso de quienes forman parte de ella, dándole a cada colaborador la posibilidad de una experiencia de trabajo en la que pueda desplegar sus capacidades.

Muchas empresas están en este camino y brindan ejemplos alentadores. Desde IDEA Joven queremos aportar nuestra visión y ser parte de este diálogo.

(1) - Nota: estudio "La visión de los/las jóvenes en la nueva normalidad laboral", realizado durante febrero-marzo de 2022.

(*) - Cristina Autorino es presidente de IDEA Joven.