Una pareja de profesionales de clase media necesitó en el primer trimestre duplicar sus ingresos sumados para acceder a un crédito hipotecario para la compra de un departamento de dos ambientes y cuadruplicarlos en el caso de querer acceder a uno de tres ambientes, según la evaluación dada a conocer por la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad de Buenos Aires.

Los datos surgen del Índice de Accesibilidad al Crédito Hipotecario (IACH) que releva trimestralmente el organismo estadístico porteño y corresponden al período previo a la pandemia y el aislamiento social.

El IACH parte de un nivel 100, que representa una correlación óptima entre los ingresos y el valor del crédito, por lo que un nivel mayor implica contar con más recursos que los necesarios y uno menor una insuficiencia para hacer frente a los gastos para acceder a la hipoteca.

Si se toma como ejemplo a “una pareja de calificación ocupacional alta”, en el período enero marzo el ingreso de sus integrantes representó el 50,1% del mínimo requerido para acceder a un crédito hipotecario para una departamento de 2 ambientes y 43 metros cuadrados en el caso de un préstamo en UVA (Unidad de Valor Adquisitivo) y el 39,7% en un crédito convencional.

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Una pareja de clase media necesita cuadruplicar sus ingresos para acceder a un crédito hipotecario común

Eso implica que en el primer caso la pareja del ejemplo necesitó duplicar sus ingresos y en el segundo incrementarlos en un 152%.

Pero del cálculo para un crédito hipotecario por un inmueble de 3 ambientes y 70 metros cuadrados, “el escenario resulta aún más restrictivo”, señaló la DGEyC.

En este caso, para el préstamo hipotecario en UVA el indicador alcanzó un valor de 32, mientras que para la modalidad convencional se ubicó en 25,4, “guarismos muy alejados del límite de acceso”, de acuerdo con la evaluación del organismo oficial.

En consecuencia, para un crédito ajustado por UVA la pareja del ejmpleo debería triplicar sus ingresos sumados, pero si se tratase de un crédito convencional tendría que multiplicarlo por 4.

Las dificultades para el acceso a un crédito hipotecario recrudecieron a partir del segundo trimestre de 2018, tanto por el incremento de la tasa de interés como a la devaluación del peso, si se tiene en cuenta que el mercado inmobiliario suele fijar los precios de compraventa en dólares.

Esa realidad fue explicada por la DGEyC en referencia a la evolución de los precios de un departamento de dos ambientes, al señalar que en los doce meses transcurridos entre el primer trimestre de 2019 y el mismo período de este año “la marcha ascendente del ingreso (46,6%) no llegó a compensar la suba de la cuota mensual del préstamo en UVAs (60,5%)”, si bien pudo superar al aumento del 38,1% verificado en la modalidad convencional.