Por Lucio Di Matteo

La nueva gerente general del Banco de la Nación Argentina (BNA) será, si no median hechos excepcionales antes de marzo, María del Carmen Barros. Su promoción es impulsada por el presidente de la entidad estatal, Eduardo Hecker. “Sin novedades ni cambios por el momento”, fue la escueta declaración del vocero del banco a NA, consultados sobre el tema. Pero en sí misma pueda tomarse como una confirmación, ya que el actual gerente general, Héctor Randazzo, se jubilará cuando llegue el tercer mes del año.

Randazzo es considerado un interino que llegó para reemplazar a Juan José Fragati, al que se investiga -sumario interno mediante- por los préstamos a Vicentin. Como Randazzo se jubilará en marzo, obligatoriamente deberá designarse un o una general general. Desde septiembre pasado viene sonando la posibilidad de Barros, que sería así la primera mujer en ocupar ese cargo dentro de la entidad, más allá que Mercedes Marcó del Pont fue su presidenta.
Hecker apostaba a producir la designación de María del Carmen Barros el 26 de octubre último, cuando el banco estatal celebró su 129º aniversario. Sin embargo, el equilibrio de fuerzas de un directorio con tantas vertientes políticas lo obligó a esperar. De todas formas, Hecker, quien llegó a ser presidente del Nación impulsado por un amigo del presidente Alberto Fernández (el lobista Adrián Kochen), está a punto de ganar la pulseada.


Candidata de Hecker, con mucha experiencia

Barros tiene una larga trayectoria en el BNA, además de una fuerte especialización en el área comercial y crediticia. El otro candidato que estaba en consideración de Hecker es Martín Rayib, que pasaría a ocupar la gerencia que dejará vacante Barros, y ahora está en Banca Personas. A fines de septiembre pasado, cuando ya sonaba la designación de Barros, un allegado a Hecker se entusiasmaba con el “hito histórico” que significaría que “una mujer asuma por primera la gerencia general del banco”. En lo que podría considerarse una exageración, también apuntaba que se trata de “una decisión en la línea del protocolo de igualdad de género y las políticas inclusivas para el colectivo LGBT”.

De todas formas, más allá de la loable causa de la inclusión y la igualdad de género, la tarea de Barros será dinamizar la gestión de un banco que hoy funciona a media máquina, velocidad crucero, o cualquier metáfora que explique que se podría trabajar mucho más. Sobre todo en los préstamos de largo alcance, como los hipotecarios y destinados a inversión.

De acuerdo a diversas fuentes del Banco Nación, también se anotaban en esta carrera el sindicato La Bancaria, conducido por Sergio Palazzo; como también La Cámpora. Estos últimos, escuderos de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, sin embargo conservarán y ampliarán influencia, pues a la posición preponderante que tiene Cecilia Fernández Bugna (una de las directoras), le sumarían al reemplazante del recién fallecido director José Pampuro. La Bancaria, por su parte, sigue manteniendo un gran nivel de influencia y compromiso de “la línea” (el personal de carrera) en todo el banco.