Por Carlos Heller.

Algunos medios insisten en que no hay plan económico. Pero lo que en realidad están diciendo es que no hay un plan de ajuste. Por eso dicen que sin un plan económico será dificultoso avanzar con el canje de la deuda. Porque para ellos el plan económico es el que contiene las medidas de ajuste estructural que supuestamente les darían a los bonistas certezas de que van a cobrar en las mejores condiciones según sus intereses.

El plan que a ellos les falta es el plan de los ajustes estructurales, de la reforma del sistema previsional y de la reforma del sistema laboral, entre otras medidas. Eso es lo que, justamente, el ministro de Economía, Martín Guzmán, asegura que el gobierno no va a hacer: "Los acreedores sabían que estaban tomando un riesgo. No hay deudor irresponsable sin acreedores irresponsables.

Y lo que nosotros les estamos pidiendo no es que pierdan siquiera, sino que ganen menos. Aceptar lo que ellos piden significa más desempleo, más angustia para la gente, tener, por ejemplo, que ajustar jubilaciones. Y eso es algo que nosotros no vamos a hacer".

En el mismo sentido, el presidente Alberto Fernández dijo en su disertación ante el Consejo de las Américas: "Tenemos que hacer un sistema que distribuya el ingreso mejor (...) Confío mucho en que los acreedores entiendan que estamos haciendo un enorme esfuerzo haciendo la oferta que hicimos, y que es lo último que podemos hacer, y les pido que por favor ayuden a salir a la Argentina de esta postración y empecemos a mirar el futuro".

Luego agregó: "Muchas veces me preguntan cuál es el plan, y yo digo: los planes que la Argentina ha tenido en los últimos años han sido todos un fracaso, dos planes presentó el gobierno de Macri y terminaron naufragando. Yo siempre digo que prefiero fijarme objetivos".

Son muchos los voceros que vienen instalando en algunos medios la necesidad del ajuste y de las reformas estructurales vinculadas a ese ajuste. Con relación a la reforma del sistema laboral, éstos insisten en que la eliminación de los derechos del trabajo, al reducir los costos de la mano de obra, generarían mayores incentivos a los empresarios para contratar nuevos trabajadores.

Sin embargo, con alrededor de un 50% del aparato productivo ocioso, resulta imprescindible generar mayor demanda y ello se logra mejorando el poder adquisitivo del conjunto de la ciudadanía y, al mismo tiempo, dándole a aquella la confianza para gastar e invertir que surge de estar protegido por los derechos laborales.

El plan que le falta a la Argentina, según estos voceros, es el que históricamente el FMI les impuso a los Estados cuando estos acceden a sus créditos. Son los famosos programas del organismo cuyos resultados siempre han sido los mismos: enormes ajustes que fracasaron. No hay memoria de que alguna vez estos planes hayan salido bien.

¿Cuándo le fue bien a la Argentina? Cuando en los términos que planean los voceros del establishment no tuvo "plan económico": en los 12 años de gestión kirchnerista no hubo FMI y no hubo programa del mismo y es cuando mejor le fue al país. Por supuesto, ello no quiere decir que no hubo plan: no hubo el que algunos sectores en la Argentina reconocen como el único posible. Pero hubo otro. Como ahora también hay otro: ayer el equipo económico le presentó al Presidente un trabajo de 370 páginas con propuestas diversas para reactivar la economía.

Es decir: Argentina tiene planes pero no son los que los voceros del establishment quieren. El país impulsa un proyecto que prioriza un crecimiento sostenido de la Argentina con la gente adentro para, entre tantas otras cosas, poder pagarle a los acreedores.

Por Carlos Heller, diputado nacional por el Frente de Todos y presidente del Partido Solidario.