Las reuniones entre el Gobierno argentino y los funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI), para reflotar el acuerdo y destrabar el desembolso de fondos, continuarán durante este martes, tras el primer encuentro de los representantes de primera línea de ambas partes en la tarde del lunes, que fue calificado como “positivo” desde el Ejecutivo.

La misión del Fondo, integrada por Luis Cubeddu, director adjunto del Departamento del Hemisferio Occidental del Fondo, y Ashvin Ahuja, jefe de misión para la Argentina, extendió su visita al país hasta el miércoles para seguir con las negociaciones que permitan adecuar el acuerdo actual con la administración de Javier Milei.

Los enviados del organismo internacional se encontraron en la jornada de ayer con el ministro de Economía, Luis Caputo, y el jefe de Gabinete de la Nación, Nicolás Posse, en la Casa Rosada, en lo que fue el primer cara a cara de los principales representantes de ambas partes, luego de haber llevado adelante diferentes intercambios entre los respectivos equipos técnicos en los últimos días.

De acuerdo a lo informado oficialmente por el Gobierno, tras el cónclave, se acordó que “los equipos técnicos seguirán trabajando en los próximos días con la intención de emitir un comunicado en conjunto con las conclusiones de la visita”.

La intención del Ejecutivo es poder destrabar el giro de US$3.000 millones que quedaron pendientes desde noviembre, cuando el proceso electoral que derivó en la transición para el cambio de gobierno y el evidente incumplimiento de las metas acordadas, impidieron que la revisión programada sea aprobada.

La celeridad de las autoridades argentinas por conseguir esos fondos reside en los vencimientos que debe cancelar el país con el organismo en enero por US$1.950 millones y en febrero por US$850 millones. Por el momento, el Gobierno logró postergar el pago de enero para finales de mes, cuando originalmente estaba previsto para la primera quincena.

El problema podría profundizarse con el vencimiento de febrero que es de intereses, y a diferencia del correspondiente al primer mes del año que es de capital, no se puede patear para más adelante, de acuerdo con las normas que fija el FMI. De esta manera, se vuelve imperiosa la necesidad de contar con dólares para afrontar los pagos previstos y el desembolso del Fondo es la alternativa más concreta.

En caso de no destrabarse, el Ejecutivo deberá recurrir a otro tipo de financiamiento, como sucedió en diciembre con el préstamo de la CAF para cancelar el vencimiento con el organismo dirigido por Kristalina Georgieva de US$921 millones, o con la reciente emisión de una letra del Tesoro por US$3.200 millones para saldar deuda externa.

La necesidad del Gobierno de volcarse a diferentes opciones financieras puede repetirse más de una vez durante este año si no logra acumular más divisas, ya que en el 2024 hay pagos previstos por US$7.665 millones, una suma superior a la de desembolsos, que alcanza los US$6.550 millones.