La población de clase media se redujo un 17% en la Ciudad de Buenos Aires durante los últimos seis años, como consecuencia de la persistente recesión, inflación muy alta, caída del empleo y precarización laboral, todo agravado por la pandemia.

Mientras el mundo creció en la última década a un promedio del 3% anual, la Argentina viene alternando caídas en los años pares, y leves recuperaciones en los impares.

Los datos oficiales porteños reflejan que la participación de la población de ingresos medios cayó del 53,2% en el 2015 al 44,8% este año, en un fenómeno amplificado por el coronavirus, pero que  comenzó muchos años antes de que la peste llegara a la Argentina en marzo del 2020.

Puesto en números, son casi 340.000 las personas que dejaron de pertenecer a la clase media -uno de los motores de cualquier estructura social- para caer en niveles más bajos del estrato.

El impacto de la crisis económica sobre la actividad de las pymes comerciales e industriales, la inestabilidad laboral, el avance del empleo en negro -donde no hay aportes de salud ni previsionales-, y el costo cada vez más alto de servicios de atención sanitaria, educativos y culturales, explica también este retroceso de los sectores medios.

En este año impar, la economía crecerá un 7%, según estimaciones oficiales, lo que no alcanzará para recuperar el derrumbe del 9,9% sufrido en el 2020, el año en el que mayor impactó la pandemia.

Ingresos y nivel de vida en la Ciudad


Para ser considerado de clase media en la Ciudad de Buenos Aires una familia tipo necesita tener ingresos de unos 100 mil pesos en el primer trimestre del año.

Por esa razón, datos de la Dirección de Estadística y Censos porteña arrojan que, en los últimos seis años, la clase media tuvo un fuerte achique: bajó del 53,2% al 44,8% en la participación, entre las 3.076.000 personas que viven en la Ciudad. 

En el primer trimestre del 2015, 1.976.000 personas eran consideradas de clase media en la Ciudad.

Esa cifra cayó a 1.640.000 en igual período de 2021, lo que representó un descenso de 336.000.

En el caso de los sectores de altos ingresos, la participación se derrumbó aún más: del 65,7% al 53,4% de la población.

El grueso pasó a engrosar las otras clases en las que el organismo divide a la población porteña: pobres, no pobres en situación vulnerable y clase media frágil.

En la ciudad llaman "clase media frágil" a aquella que ante una eventual disminución del poder adquisitivo de los ingresos familiares tienen elevada posibilidad de caer en estratos más bajos.

Entre los factores negativos que más inciden, se encuentra la inflación, que subió más del 50% en los últimos doce meses, según el INDEC.

Esa suba no fue alcanzada por casi ninguna paritaria, a pesar de que algunos gremios grandes se le acercaron.

Pobreza

En la Ciudad, como ocurrió en todo el país, y en especial en el conurbano, la cantidad de pobres tuvo un fuerte aumento.

Un total de 291.000 pasaron a engrosar ese grupo en los últimos seis años.

En el primer trimestre del 2015 eran 526.000, mientras que en el mismo período de este año se contabilizaban 817.000.

Además, en la Ciudad el 24,7% de la población asalariada se encuentra en condición de precariedad laboral, por lo que sus empleadores no les hacen aportes jubilatorios ni de obra social.

Otro dato que refleja el deterioro social es que el 32,8% de la población por cuenta propia está no está registrada o, si lo está, tienen demoras en el pago de los aportes.

El porcentaje de pobres subió en la Ciudad del 17,2% al 26,5%.

Casi la mitad de los porteños es indigente, pobre, vulnerable o un sector medio frágil.

La informalidad y el desempleo explica también por qué, de los nuevos jubilados, más del 60% debió recurrir a moratorias porque no reúne los 30 años de aportes y se jubila con el haber mínimo ($23.065) o la Pensión Universal para el Adulto Mayor (PUAM) ($18.452).