En medio de rumores y especulaciones sobre la continuidad de la política cambiaria, el Banco Central ratificó que mantendrá el crawling peg del 2% porque aseguró que el ajuste del tipo de cambio es un “ancla complementaria” para combatir la inflación.

La autoridad monetaria sostuvo que luego de la devaluación de diciembre que llevó el tipo de cambio nominal a $ 800, “se estableció un sendero de deslizamiento de 2% mensual”.

Respecto de esta decisión afirmó: “el ajuste del tipo de cambio cumplirá el rol de un ancla complementaria para las expectativas de inflación, hasta tanto el compromiso y la visibilidad del esfuerzo fiscal sean apreciados en su total dimensión”.

La definición del BCRA quedó plasmada en su último “Informe Monetario Mensual” difundido en las últimas horas.

Como lo marca su nombre este trabajo tiene periodicidad mensual, pero la definición suscripta por el presidente del BCRA, Santiago Bausili, llega en un momento en el que el mercado duda que se pueda mantener el ritmo de 2% mensual.

Los analistas entienden que con un nivel de inflación superior al 20% en los próximos meses, se irá reduciendo la competitividad que trajo la devaluación y muchos apuestan a que en marzo haya una nueva corrección del tipo de cambio.

Esta percepción es la que también estimula el alza de los tipos de cambio financieros, que en el caso del Contado con Liquidación (CL) superó los $ 1.200.

Si bien la proyección de 2% luce exigua ante la inflación por venir, cabe recordar que la devaluación de $ 365 a $ 800 significó que en el año el tipo de cambio se corrigiera cerca de $ 350%, contra una inflación entre 200 y 210%.

Para el Gobierno es fundamental sostener el tipo de cambio es márgenes manejables para evitar una nueva disparada de los precios.

Actualmente la brecha entre el CCL y el dólar oficial se amplió a 44% cuando hace una semana llegó a tocar un mínimo de 8%.

La brecha es la que marcará el incentivo de los exportadores para continuar con las liquidaciones que a su vez redundan en acumulación de reservas.

Desde la asunción del nuevo Gobierno el BCRA compró más de U$S 3.000 millones, los cuáles ya le fueron girados al Tesoro Nacional para pagar deuda.