Seguridad energética y alimentaria, el eje de la primera actividad de Massa en Washington
El ministro de Economía comenzó la actividad oficial en los Estados Unidos con un desayuno de trabajo en el Departamento de Estado.
El ministro de Economía, Sergio Massa, desayunó con Ricardo Zúñiga, el subsecretario de Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, con quien avanzará en la agenda de seguridad energética y alimentaria que ya se viene trabajando de manera conjunta.
Los ejes de seguridad alimentaria y energética se han incorporado en las agendas de los principales encuentros internacionales especialmente tras las consecuencias de la guerra de Rusia y Ucrania que dispararon el precio de los granos y de la energía a nivel mundial.
Los precios de la energía en Europa siguen batiendo récords, mientras se intensifica la crisis en la región y se avivan la preocupaciones sobre el acceso a la electricidad y la calefacción a medida que las temperaturas comienzan a descender.
Argentina puede en ambos sectores, energía y alimentación, convertirse en un proveedor regional o mundial, por ello la importancia del encuentro que mantuvo por la mañana con el funcionario del Departamento de Estado.
El encuentro comenzó a primera hora de una mañana lluviosa en Washington. El hondureño Zúñiga es desde marzo de 2021 el nuevo encargado por el presidente Joe Biden para el triángulo norte de Centroamérica, que comprende Honduras, Guatemala y El Salvador.
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Por otra parte, al mediodía se reunirá con Mauricio Claver-Carone, presidente del Banco Interamericano de Desarrollo, donde buscará destrabar desembolsos que se encuentran demorados cuyos destinos son proyectos productivos y de infraestructura.
Massa busca volver a la Argentina con la tarea hecha: transmitir que se está trabajando con el FMI para cerrar lo que quedó pendiente del acuerdo que firmó Martín Guzmán; anuncios de inversiones; consolidar el decreto 277 de Hidrocarburos, punto que desarrollará el viernes cuando viaje a Houston y se reúna con los presidentes de las petroleras Chevron, Exxon, Shell y Total y destrabar fondos de los organismos multinacionales de crédito, tanto BID como Banco Mundial.