Por Walter Graziano (*)

En cuanto a la efectividad de nuevas medidas económicas, donde si parece haber muchas mejores chances de lograr liquidaciones masivas de dólares es con el agro. Allí, las retenciones son mucho más altas. Las de la soja están en 33%. Si se las baja 15 o 20 puntos porcentuales por un breve periodo de unos pocos meses se puede lograr que se alivie la aguda escasez de dólares con un abundante ingreso de divisas concentrado en un periodo muy corto y muy rápido. Pero, también, todo depende. Porque si la normativa no incluye una baja de retenciones lisa y llana, sino el otorgamiento de una compensación por el valor de una parte de la retención en forma de un bono estatal actualizado por el valor de la soja, estaremos de vuelta en los serios problemas de hoy.

Cabe preguntarse: ¿Quién va a querer un bono estatal en estas condiciones? Si el bono fuera a largo plazo, el deterioro en el nivel de la paridad lo haría inviable. En cambio, si el periodo de vida del bono es corto, la pregunta es para qué emitir el bono y complicarse la vida si total en breve habría que emitir igual.

Una cosa muy distinta seria que ambas medidas, la reducción de retenciones al sector y la emisión de un "bono valor soja", estén desenganchadas una de otra. Eso seria lo mejor que podría ocurrir. Sobre todo si en vez de un bono estatal valor soja se instrumenta un sistema de plazos fijos bancarios en valor soja, el cual elimina el Riesgo Pais del bono y permite que empresas y particulares se endeuden por el valor de la soja en caso de que consideren muy cara la cotización.

El desbalance entre depósitos y créditos valor soja lo tomaría el Banco Central abonando no una tasa, sino el valor soja a los bancos. Nótese que, por este camino, la deuda a valor soja en la que incurre el Banco Central es menor que si directamente se emite un bono, el cual además tendría incierto éxito, con lo que además de la escasez de reservas habría que soportar un gran papelón.

Las medidas que se están preparando pueden o no ser efectivas para volver a acumular reservas, que es el objetivo primordial. Pero depende de como se implementen. Por ejemplo, se insiste en que la retención a las exportaciones mineras se reducirían del nivel práctico que hoy tienen del 12% con costos y gastos incluidos al 8% reglamentado desde hace tiempo. Si eso es todo lo que se piensa dar al sector minero para que liquide divisas es muy probable que no se logre el cometido. La causa es sencilla: bajar 4 puntos porcentuales las retenciones reales del sector les manda el dólar real que reciben las empresas del sector de $ 71 a $ 74. Es un módico beneficio para quien espera un buen acortamiento de brecha cambiaria y ve volar el CCL por el que debe hoy comprar dólares a $145. Tener un dólar real de.$ 71 o de $ 74 no mueve hoy el amperímetro de nadie.

Vale decir entonces que va a ser necesario leer incluso la letra chica de las medidas para poder anticipar sus reales chances de éxito. La idea de una baja selectiva de retenciones en un porcentaje apreciable y por un breve plazo puede ser un arma muy poderosa para aumentar las reservas si se instrumenta bien .

El side effect positivo seria la contrapartida de suba en bonos estatales y acciones que podría haber en caso de que los mercados puedan empezar a anticipar que empieza a despejarse el panorama de las reservas y de los pagos del BCRA.